La única reacción lógica ante la revelación de la obra de Dios por nosotros ES QUE NUESTRA VIDA ESTÉ RENDIDA A EL.
2 Corintios 5:15 dice que Cristo “por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.
Y termina diciendo el versículo: “que es vuestro culto racional”.
La palabra “racional” en griego es “logikós” de donde proviene nuestra palabra “lógico”.
Pablo está diciendo que conforme a que todo se lo debemos a Dios es “lógico” que él sea el centro de nuestra vida. Que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo.
No se trata de que sigamos viviendo para nosotros mismos pero pensemos que con darle un cultito dominguero con unas lindas canciones, unas pequeñas oraciones y una bonita predicación, ya está.
¡Esto NO es lógico! Algo no coincide. Hay una contradicción.
A la lógica se la llama “la ley de la no contradicción”.
Yo les voy a decir algo y ustedes me van a decir si es lógico o no:
1- Juan era paralítico y no podía caminar
2- Pero las piernas de Juan ahora funcionan perfectamente
3- Juan no puede caminar
¿Es lógico? NO, ¿verdad?
¿Cómo lo sabemos? Porque se contradice.
Las piernas de Juan ahora funcionan perfectamente pero al final dice que Juan no pueda caminar.
Se contradice por lo que no es lógico.
Otra vez:
1- Juan era paralítico y no podía caminar
2- Pero las piernas de Juan ahora funcionan perfectamente
3- Juan ahora puede caminar
¿Es lógico? SÍ, ¿verdad?
¿Cómo lo sabemos? Porque NO se contradice.
Las piernas de Juan ahora funcionan perfectamente y es lógico que Juan ahora pueda caminar.
NO se contradice por lo que podemos decir que es algo lógico.
Llevado a nuestra vida podríamos hacer este razonamiento:
1- Dios ha hecho una obra poderosa, completa y suficiente en su pueblo
2- Pero muchos dentro del pueblo de Dios siguen con las mismas metas y forma de vida que cuando estaban en el mundo
¿Qué conclusión le damos a este razonamiento?
¿Dios mintió?
La respuesta es que muchos que se dicen ser cristianos simplemente buscan un dios que los sirva a ellos pero no tienen la menor intención de rendir sus vidas a EL.
Pero Pablo a cada Iglesia donde iba exaltaba la obra gloriosa de Dios por nosotros como en el caso de la Iglesia en Tesalónica:
1 Tesalonicenses 1:10 "y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera".
Y paralelamente les decía que ahora debían vivir de otra forma. ¿Por qué? Porque Dios es digno de eso:
1 Tesalonicenses 2:10-12 "Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria".
2:11: La Palabra de Dios no solo nos exhorta sino también consuela. Y no solo nos consuela sino nos exhorta.
Algo menos que esto es un desequilibrio.
Pablo les exhortaba, consolaba y “encargaba que anduviesen como es digno de Dios”.
Esa palabra “encargábamos” proviene de la raíz “mártus” (nuestra palabra mártir deriva de esta) y se puede traducir como “testigo”.
Es la misma que Pablo usa en Hechos 20:26 en la despedida de los pastores en Mileto:
Hechos 20:25-27 "Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.
Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios".
Lo mismo hace Pablo con los hermanos de Tesalónica. El les da un testimonio, como un encargo, de la necesidad de “andar como es digno de Dios”:
1 Tesalonicenses 2:12 "y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria".
Un cristianismo sin este ingrediente está desbalanceadamente peligroso.
Luis Rodas
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