Jesús: el ataque secreto del reino de los cielos - 1 parte



Vamos a intentar entender un poco más lo que sucedió en ese momento en que el Padre le entrega a Jesús ese “libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos” (Apocalipsis 5:1).

Para entenderlo mejor necesitamos saber que todo lo que existe se encuentra en medio de una guerra entre dos reinos.
En algún momento Satanás produjo la gran rebelión contra Dios. Es muy probable que conforme a  Apocalipsis 12:3,4 Satanás arrastró en su rebelión a la tercera parte de los ángeles (Ezequiel 28:12-19; Isaías 14:12-15).
Desde ese momento de rebelión, Satanás formó su reino, y junto a su reino entraron en guerra directa contra Dios. En medio de su ataque contra Dios engañó a Eva y sembró su cizaña en el mundo: Mateo 13:24-30 (Comienza diciendo: “el reino de los cielos es semejante a”) La explicación: Mateo 13:36-43.

Desde ese momento en que llevó a la humanidad a la muerte, él se transformó en el “emperador de la muerte”: Hebreos 2:14.
El era quien acusaba a las personas: la palabra “diablo” significa “acusador” (Apocalipsis 12:10).
Nosotros éramos esclavos del pecado y por tanto él tenía poder sobre cada uno. Cualquier pecado significaba “muerte” (“La paga del pecado es muerte” - Romanos 6:23). Su labor era muy fácil.
Por esto Jesús 3 veces llama a Satanás “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31; 14:30; 16:11).
2 Corintios 4:4 lo llama “el dios de este siglo”.
1 Juan 5:19 "Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno".
Las personas que se oponen al evangelio son esclavas del diablo:
2 Timoteo 2:24-26 "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él".
El diablo se jactaba de este dominio de su reino:
Lucas 4:5-8 "Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 
Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 
Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 
Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás".

El Reino de Dios comienza su ataque
Pero Dios y el Reino de los cielos en el tiempo perfecto y decretado iniciaron el “ataque secreto del reino de los cielos”.
Un ataque sin que el enemigo pueda darse cuenta.
Dios tenía y tiene millones de maneras más notorias de salvar (ej: aparecerse de vez en cuando).
La predicación de Juan el Bautista se centraba en anunciar el ataque del Reino de los cielos:
"En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" Mateo 3:1,2.
Jesús en sus primeras palabras, al comenzar a predicar, lo primero que hace es anunciar el ataque del Reino de los cielos:
"Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" Mateo 4:17.
La violencia estaba desatada:
"Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" Mateo 11:12.

El ataque del reino de los cielos no es un ataque frontal y directamente visible.
Los expertos en guerra hablan de que “el arte de la guerra es la estrategia”. Por esto no existe ejército que ataque sin un plan cuidadoso y que genere sorpresa y confusión en el enemigo.
Por esto John MacArthur dice: “Aunque la cruz pudo parecer una señal de la victoria de Satanás sobre Dios, en realidad determinó su derrota” (“Biblia de Estudio MacArthur”. Pag. 1459).

Así, secreta y encubiertamente comenzó y continúa el ataque hasta hoy:
"Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 
Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. 
Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? 
Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra" Marcos 4:26-32.


Luis Rodas


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