Para entender mejor esta segunda parte de "¿Buscar agradar a Dios es querer salvarme por obras?" lee primero la anterior:
1- "¿Buscar agradar a Dios es querer salvarme por obras?"
La salvación cuando es genuina produce nuevas obras en la persona, sino es falsa. Por eso 2 Corintios 13:5 dice: "Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos".
Y por esto Santiago escribió: "Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras…
La fe sin obras está muerta" (Santiago 2:18,26).
NO porque las obras fueran a salvarnos. Sino porque si la salvación opera en ti, vas a tener obras.
Ya no guardamos la ley ritual con todas sus "ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto" (Hebreos 9:9). Esto es lo que atacaba Pablo en la carta a los Gálatas.
Pero ni te imagines ni por un segundo que Pablo les estaba diciendo a los hermanos en Galacia algo como: "No busquen agradar a Dios con su forma de vida. Eso es querer salvarse por obras".
Eso ni cruzaba por la mente de Pablo.
Cuando atacaba "las obras de la ley" (Gálatas 3:5) se refería a:
"Guardáis los días, los meses y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros" (Gálatas 4:10,11).
Es por esto que varias veces en la carta habla contra los judaizantes que obligaban a circuncidar a los gentiles (Gálatas 6:12).
No hay contradicción
Pero Pablo no se contradice al escribir en Gálatas 5:15 que debían obedecer la ley que "en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
No solo eso. Pablo les ordena un versículo después: "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne" (Gálatas 6:16).
¿Te imaginas a Pablo diciendo: "No busquen agradar a Dios gálatas. Solo estén de acuerdo mentalmente con que Cristo murió y resucitó. Si viven en pecado no importa"?
¿Te imaginas algo así?
Por el contrario en el mismo capítulo hace un recuento de las "obras de la carne" a las que debían morir, y luego describe "el fruto del Espíritu" en el que debían andar (Gálatas 5:19-23).
El que anda en el Espíritu es alguien que ha recibido de Dios fe genuina, éste ya no está bajo la condenación de la ley porque YA ES SALVO. No obra para ser salvo. Obra porque es salvo y la salvación de Dios opera en él.
A éste tipo de personas el apóstol Pablo les ordena: "Cumplid así la ley de Cristo" (Gálatas 6:2).
No nos salvamos por obedecer la ley moral de Dios, buscamos obedecer a Dios cada día porque somos salvos y el Espíritu Santo obra en nosotros cada día.
Según Romanos 8:8, "los que viven según la carne no pueden agradar a Dios". Pero Pablo a los hermanos en Tesalónica los instaba claramente:
"Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más" (1 Tesalonicenses 4:1).
Efesios 2:8 nos dice claramente que "por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios".
Y si quedaba alguna duda, agrega: "no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:9).
Esto quiere decir que NO alcanzamos la salvación por nuestras obras. ¡NO!
La salvación viene a nosotros por "GRACIA".
Pero cuando esta salvación obra genuinamente en el creyente, mira lo que sucede:
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10).
Luis Rodas
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Salvarme por obras
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