"Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús" (Mateo 1:21).
El ángel le habla en sueños a José acerca de María, su desposada.
El nombre "Jesús" significa "Jehová salva".
No era la primera vez que alguien era llamado así.
"Jesús es lo mismo que Josué, una contracción de Jehoshuah (Números 13:16; 1 Crónicas 7:27)...
Así Jesús es la forma griega de Josué (Hebreos 4:8).
El nombre mismo era bien común, como lo muestra Josefo"
(A.T. Robertson - "Word Pictures in the NT").
Pero hay algo concreto y radical que diferenciaba a este "Jesús" del resto. El ángel explica:
"porque EL salvará a su pueblo de sus pecados" (1:21).
Josué fue aquel líder que introdujo a Israel a la tierra prometida. Este nuevo "Jehoshuah" fue Dios mismo salvando a su pueblo.
No se trataba sólo de un representante de Dios dirigiendo a la victoria. Era Dios mismo en persona dando la victoria.
Para entenderlo mejor leámoslo por un momento así:
"Llamarás su nombre 'Jehová salva',
porque EL salvará a su pueblo de sus pecados" (1:21).
Esto queda aún más claro al continuar leyendo:
"Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros" (1:22,23).
¿Lo ves?
Ya no se trata de una persona en representación de Dios trayendo victoria. Es "Emanuel", "Dios con nosotros" que obtiene victoria.
"Dios fue manifestado en carne" (1 Timoteo 3:16) y nos salvó para siempre.
La promesa de Isaías 35:4 fue cumplida: "Decid a los de corazón apocado… Dios mismo vendrá, y os salvará".
"En todas las Escrituras los nombres se dan muchas veces como significando el carácter" (Earl Kalland - "The Deity of the Old Testament Messiah").
En Jesús podemos tener plena certeza de que Dios vino en persona por nosotros, obró directamente en nuestras vidas y permanece inmutablemente con nosotros.
Mientras estemos en este mundo Jesús cumplirá su promesa: "Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20).
Y luego experimentaremos algo que hoy es absolutamente imposible de dimensionar y explicar: "Ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos" (Apocalipsis 21:3).
Como Donald Carson escribió: "Ninguna bendición mayor se puede concebir que el que Dios more con su pueblo" ("The Expositor's Bible Commentary").
¿Eres consciente de esta incomparable verdad?
Esto es inmutable porque está basado, no en nuestras vidas constantemente fluctuantes y débiles, sino en la persona del Dios Inmutable y siempre Perfecto.
"EL dijo: no te desampararé, ni te dejaré" (Hebreos 13:5).
¿Por qué?
Porque el "amor de Dios" por nosotros está fundamentado en otra persona:
Nada "nos podrá separar del amor de Dios QUE ES EN CRISTO JESÚS" (Romanos 8:39).
¿Vives cada día como creyente de esta VERDAD?
¿Sientes que hay días que este mundo se vuelve difícil de transitar?
¡Si estás en Cristo, Dios mismo está contigo!
¿Acaso no es esto suficiente?
Luis Rodas
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