“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado”
(Salmo 1:1)
Como dijimos ayer, para lograr el tipo de éxito del que hablamos dos devocionales atrás, es vital cual es la influencia de nuestra vida.
Es ingenuo pensar que lo que nos rodea no nos influencia.
Un ejemplo muy claro de esto lo encontramos en Proverbios 13:20 (NTV):
“Camina con sabios y te harás sabio;
júntate con necios y te meterás en dificultades”.
¡Toda persona con la que pases tiempo te puede influenciar!.
¡Para bien o para mal!.
¿Pasas tiempo con alguien que se queja y enoja mucho?. Rápidamente, si no te cuidas, te vas a encontrar quejándote.
Proverbios 22:24,25: “No te entremetas con el iracundo,
ni te acompañes con el hombre de enojos,
no sea que aprendas sus maneras,
y tomes lazo para tu alma"
¿Pasas tiempo con alguien que vive hablando de sexualidad?. Rápidamente vas a estar luchando en tu mente con cosas que no convienen.
¿Pasas tiempo con alguien que tiene carga por las personas que están perdidas?. Rápidamente vas a encontrar que aumenta en tu corazón la situación de los perdidos.
Por esto la Palabra nos llama a tener mucho cuidado (Proverbios 4:14; 22:5). Incluyendo aún “hermanos que anden desordenadamente” (2 Tesalonicenses 3:6,7). Porque “las malas compañías corrompen el buen carácter” (1 Corintios 15:33 - NTV).
Al punto que nos dice que es más peligroso dejarse aconsejar por una persona necia que encontrarse con un animal salvaje furioso:
“Mejor es encontrarse con una osa a la cual han robado sus cachorros,
que con un fatuo en su necedad” (Proverbios 17:12).
Si queremos ser “como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo” (Salmo 1:3), debemos entender que esto es vital.
Nuevamente... “camina con sabios y te harás sabio;
júntate con necios y te meterás en dificultades” (Proverbios 13:20 - NTV).
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