Para entender mejor esta quinta parte de la serie "Respuestas simples a cuestionamientos raros sobre la predestinación", lee las anteriores partes:
1- "Tú eres... feo... e... Hiper-calvinista"
2- "Dios es injusto, porque pudiendo salvar a todos, salva sólo a algunos"
3- "Dios no es amor, porque pudiendo salvar a todos, salva sólo a algunos"
4- "Si Adán pudo elegir, entonces yo elegí creer"
Es asombro tras asombro tras asombro.
Escuchar argumentos tan “serios" como estos… digamos... que sorprende.
Algunos gritan: “Los que creen en la predestinación se creen una elite superior: Son los…. ELEGIDOS….”.
Y con esto, lo creas o no, ya se dan por satisfechos que tienen razón.
Pero… sabes… piénsalo por un momento...
En realidad, es justamente AL REVÉS.
El apóstol Pablo relata por 11 capítulos la obra soberana de la gracia de Dios en la salvación. Allí explica que lo que le esperaba al hombre era irremediablemente "el juicio de Dios” (Romanos 3:9-20), pero por medio de Cristo tiene “paz para con Dios” (Romanos 5:1), y ya no hay para él “condenación” (Romanos 8:1).
Pero esto no porque el que cree es mejor que el que no cree, sino porque Dios dijo: “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca” (Romanos 9:15).
Allí aprendemos que el correr a Cristo es obra de la gracia de Dios en sus elegidos. Por esto dice Romanos 9:16: “No depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”.
Y estos, sus “escogidos” (Romanos 11:7,8), alcanzaron salvación.
¿Produjo esto orgullo en el apóstol Pablo por ser escogido?
¿Andaba por ahí diciendo “soy parte de la elite de los elegidos”?
¡NO POR SUPUESTO!
Todo esto lo lleva a una explosión de alabanza al final de los 11 capítulos: Romanos 11:33-36
Lo mismo sucedió, por poner un pequeño ejemplo, con John Newton, quién creía firmemente en la predestinación de Dios.
Él, inmerso en un corazón preciosamente quebrantado por la gracia de Dios al escogerlo y salvarlo, escribió uno de los más maravillosos himnos de la historia cristiana: “Sublime Gracia”.
ESTA SÍ ES UNA ELITE
Por el contrario, encontramos algunos que sí se creen una elite superior.
¿Quienes?
Pues aquellos que imaginan que han creído por hacer buen uso de su libre albedrío.
Ellos no creen que fueron a Cristo porque Dios los escogió por PURA GRACIA. ¡NO!
Ellos imaginan que fueron a Cristo por LA BUENA ELECCIÓN QUE HICIERON ELLOS MISMOS de seguir a Cristo.
¡Vaya elite!
Esta sí es una maravillosa elite. No de elegidos… sino DE LOS QUE ELIGIERON.
Ellos no lo van a reconocer así, pero si son congruentes con su forma de imaginar, deberían decir como aquel fariseo en Lucas 18:11: “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres”.
Pero los que leen en las Escrituras que fueron escogidos por gracia… ehmmm… NO…. su corazón se llena de gratitud. ¿Como pueden creerse superiores, si eran “inútiles” para salvarse por sí mismos (Romanos 3:12)?
Ellos hablan entre sí con estas palabras: “Nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación” (2 Tesalonicenses 2:13).
Nótese que dice "dar siempre gracias A DIOS”.
Ellos dicen junto con Jeremías: "Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste" (Jeremías 20:7).
Mientras aquellos de la elite que eligió por sí mismo a Dios, dice: “Usé bien mi libre albedrío, oh Jehová, y me acerqué a ti, fui más fuerte que aquellos otros, y vencí”.
Dime, ¿quienes son realmente los que se creen una "elite superior”?
Luis Rodas
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Etiquetas:
Defensa de la fe,
Doctrina
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