LA COMUNIÓN INTIMA CON DIOS Y LA CISTERNA ROTA. Primeros pensamientos del día.


"Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?
El que anda en integridad y hace justicia..."
(Salmo 15:1,2)

En los últimos devocionales vimos que la pregunta de David en el primer verso de este Salmo 15 se podía comprender y sintetizar así: “Dios, ¿cómo alguien puede permanecer en comunión intima contigo?”.
Y buscamos entender un poco qué es la comunión intima con Dios.
Ahora vamos a empezar a ver qué responde el Señor a la pregunta de David y cómo podemos permanecer en comunión intima con Dios.
Lo primero que podemos decir es que en este salmo Dios no se concentra en enseñarnos prácticas piadosas como la oración, la lectura de la Palabra, el congregarnos, etc…

Aunque, como escribió Thomas Watson, cuando oramos entramos en conferencia secreta con Dios” (“The Beatitudes”. Pag. 170). Mas bien aquí Dios hace énfasis en actitudes que no permiten que “habitemos” y “moremos” en la comunión intima con EL. Actitudes enemigas que impiden que permanezcamos en comunión intima con Dios y actitudes piadosas que nos acercan a la comunión intima con Dios.
Cómo vivimos en nuestro diario vivir es completamente decisivo en nuestra relación con Dios.
Puedes orar 2 horas, luego leer la Biblia 3 horas más, salir de tu casa escuchando predicaciones, pero si, por ejemplo, tu boca está llena de quejas, murmuraciones y criticas a otros… es como si pusieras mucha agua en un recipiente roto.
Te reunes con tus hermanos, cantas canciones de adoración, escuchas la predicación y en ese momento tienes grandes pensamientos acerca de Dios y quieres vivir solo para EL, buscarle, servirle y adorarle en todo. Pero cruzas la puerta de la Iglesia y apenas una o dos horas después todo se desvaneció…. ¿Qué pasó?…
Lo mismo que está tan bien sintetizado en las palabras de Dios a Jeremías: "cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua" (Jeremías 2:13).
Conductas erradas son huecos, aberturas, en nuestra cisterna, por donde sale el agua, y pronto estamos secos. Conductas piadosas cierran nuestra cisterna para que retenga el agua por largos períodos.

Nuestra conducta está íntimamente ligada a la comunión intima con Dios. Antes vivíamos en pecado y no teníamos otra posibilidad. Pero ahora Dios ha puesto “el querer como el hacer” (Filipenses 2:13) y nos ha dado “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por su divino poder” (2 Pedro 1:3).
Ahora debemos “esforzarnos en la gracia” como Pablo le escribe a Timoteo (2 Timoteo 2:1).
Es vital que nos “ejercitemos para la piedad” (1 Timoteo 4:7). De a poco ir cerrando nuestra cisterna. Y cuando nos equivocamos “abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).
No lo dejamos pasar como si fuera lo mismo el pecado que la integridad. ¡NO!.

Necesitamos entender que la Biblia habla claramente que la comunión intima va unida a nuestra conducta:
"¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
El le enseñará el camino que ha de escoger.
Gozará él de bienestar,
y su descendencia heredará la tierra.
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen..."
(Salmo 25:12-14)
"Porque Jehová abomina al perverso;
mas su comunión íntima es con los justos"
(Proverbios 3:32).




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