Las tentaciones cuando llega la crítica - C.J Mahaney



Puedes leer los anteriores artículos aquí:
1- La crítica personal 

El aguijón de la crítica personal es muy doloroso, y puede ser muy peligroso también. De la mano de la crítica vienen muchas tentaciones. En mi propio caso, al recibir críticas, a menudo mi respuesta revela la presencia de orgullo en mi corazón.

Tim Keller está familiarizado con las tentaciones que vienen con la crítica personal. Escribe: “El mayor peligro de recibir una crítica no es para con tu reputación, sino para con tu corazón. Sientes la injusticia de la crítica y sientes lástima por ti mismo, y eso te tienta a despreciar la crítica”.

David Powlison comparte la misma familiaridad de Tim con estas tentaciones. En cierto punto de la vida de David, un hombre comenzó a publicar críticas sobre él y su ministerio. Durante ese tiempo David se preocupó por la crítica personal. Él mismo dice que eso dejó al descubierto varios pecados en su corazón (un amor a la reputación, su deseo de que la gente piense bien de él, un deseo de que lo traten de manera justa, un cierto idealismo y una idea romántica de la unidad del Cuerpo). “Este hombre dice ser cristiano”, dijo David, “¿Por qué, entonces, no podemos llevarnos bien? ¿Por qué ésto pasa una y otra vez?”

Cómo el Señor usó esta crítica para dejar en evidencia a los ídolos que había en su corazón y cómo el Salmo 31 le sirvió a su alma en este proceso, David lo explica de manera más profunda en el excelente mensaje que dio en nuestra Conferencia de Pastores de 2007.
Yo mismo estoy bastante familiarizado con estas tentaciones. El criticismo sólo revela mi corazón, y a menudo lo que veo no es tan grato.

Me siento apenado por mí mismo en vista de la “injusticia”
Bill Farley, en su excelente artículo “El veneno de la autocompasión”, escribe: “Las raíces de la autocompasión son ‘orgullo en acción’, es la inclinación a sentir lástima de ti mismo por no estar recibiéndo lo que crees que mereces”. El pastor se sentirá tentado a pensar “Merezco aliento, ¡Pero esta persona parece no darse cuenta, o notar, o prestar atención a mis innumerables servicios!” [William P. Farley, “The Poison of Self-Pity,” The Journal of Biblical Counseling (Summer 2007), 17]. Y, basado en lo que parece ser ignorancia de parte del crítico acerca del servicio del pastor y la falta de aliento, el corazón del pastor se mueve de manera rápida hacia la autocompasión. Eso es orgullo, y lo he visto en mi propio corazón.


Me siento tentado a despreciar la crítica
Juzgo de manera pecaminosa las motivaciones de la persona que me critica, me pregunto si está ofendida conmigo, antes de concentrarme en el contenido de lo que me dice. O peor, me siento tentado a rechazar el contenido si no está comunicado de manera precisa y con ejemplos exactos. Acabo de hacerlo justo ayer, cuando alguien me corrigió de buena manera. Eso es orgullo, y lo he visto en mi corazón.
Con la crítica llegan tentaciones pecaminosas al corazón del pastor. Y si el pastor no está preparado para las críticas, si no aprecia el crecimiento en la devoción, va a despreciar la crítica antes que abrazarla. Lamentablemente, yo lo he hecho muchas veces.

Pero por la gracia de Dios hay una alternativa. Podemos ver la crítica personal como la manera que Dios determinó para producir humildad en nuestras vidas, incluso si la crítica no es acertada. Como John Newton escribió: "El Señor aborrece el orgullo y la presunción. Las semillas de estos males están en el corazón de sus propios hijos, pero antes que tener que padecer la permanencia de aquello que Él odia en aquellos a quienes ama, con misericordia los machacará en un mortero, para sacarlo de ellos o para prevenir su crecimiento".[Letters of John Newton (Edinburgh: Banner of Truth, 1869/2007), 377]

La crítica es sólo una de las muchas formas en las que Dios machaca el orgullo para sacarlo del pastor. Pero sólo cuando tengamos esta perspectiva del asunto vamos a poder abrazar con humildad (antes que reaccionar) a la crítica cuando llegue (no “SI llega”, sino “CUANDO llegue”).

Extraído de "Descubriendo el Evangelio" traducido por Makarena Vives



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