Vaya si necesito eso todos los días

"Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo" (Mateo 4:1).

Estas palabras parecen ser completamente contradictorias.
Si una persona lee esto de forma descuidada puede pensar en alguien que llega a la casa de su amigo para prestar ayuda, pero lo primero que hace es empujarlo por una montaña.
Este relato nos cuenta: el Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto, privado de comida por 40 días (Mateo 4:2), para que sea tentado por Satanás.

¿Cómo puede ser?
¿Cómo el Espíritu del Dios que momentos antes dijo acerca de Jesús "este es mi Hijo amado" (Mateo 3:17), ahora está llevándolo al desierto para ser tentado por el diablo?

¿Qué pasó?
Lo que sucedió es que el Espíritu Santo dirigió a Jesús directo a la tarea que debía cumplir, sin perder el tiempo.
El primer Adán fue tentado por Satanás y fue vencido. El segundo Adán (1 Corintios 15:45) debía enfrentar lo mismo, y vencer. Y su victoria fue rotunda, total y eterna (Hebreos 2:14,15).
Y no sólo esto, sino que el plan de Dios era que Jesús fuera "tentado en todo según nuestra semejanza" y así poder "compadecerse de nuestras debilidades" (Hebreos 4:15). Y Hebreos 2:18 agrega:
"Por cuanto EL mismo padeció siendo tentado, es PODEROSO para socorrer a los que son tentados".

No sólo comprende mis tentaciones y como sufro por ellas, sino que aún mejor todavía: "es PODEROSO para socorrer a los que son tentados" (Hebreos 2:18).
No tengo palabras para agradecer que mi Salvador "sabe librar de tentación" (2 Pedro 2:9).
Como anunciaba un libro de hace algunos años: "Con razón lo llaman el Salvador".

¡Y vaya si necesito eso todos los días!
Tentaciones a la queja, el orgullo, el desánimo, la superficialidad, la vanidad, el hablar mal de otros, mirar lo que no debo mirar, desear lo que no debo desear, beber de la fuente del adulador, minimizar el consejo de mis compañeros de ministerio, etc, etc, etc...

Ahhh…. ¡vaya si necesito ser librado de tentación todos los días!….


Luis Rodas



.