“Alegraos, oh justos, en Jehová” (Salmo 33:1)
John Owen (1616-1683):
“Job nos da una señal segura para distinguir al hipócrita: aquel cuya profesión de fe es falsa no puede deleitarse en Dios.
En Job 27:9,10 él habla acerca del impío y pregunta retóricamente:
"¿Oirá Dios su clamor
cuando la tribulación viniere sobre él?
¿Se deleitará en el Omnipotente?
¿Invocará a Dios en todo tiempo?”.
Aquel cuyo cristianismo es falso puede tener todo un listado de prácticas cristianas, pero sin encontrar deleite en Dios en ellas.
De la misma manera que un hombre puede deleitarse en ir caminando con otros, por el placer que encuentra en el camino, o por otras razones que le atraen a hacerlo, pero sin tener deleite alguno en quienes lo acompañan.
Dios nos habla en Isaías 58:2 de un pueblo hipócrita que lo buscaba todos los días, se deleitaba en conocer sus caminos y en acercarse a EL.
Así encontramos que para algunos el ministerio de Ezequiel era como “cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien” (Ezequiel 33:32).
Y dice un versículo antes:
“Vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío”.
Pero agrega: "y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra, antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia” (Ezequiel 33:31).
Juan "era antorcha que ardía y alumbraba" dijo nuestro Salvador a los judíos, “y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz" (Juan 5:35).
Cuántos hemos visto a personas correr después de oír algún sermón, hablando con el predicador de la dulzura y contentamiento en la palabra predicada, pero que de alguna manera encontraron gozo en algo exterior en esa reunión, y no en sí en el Dios que inspiró esa palabra.
El punto a prestar atención es que el deleite del hijo de Dios no está en lo que hace, sino en Dios mientras lo hace.
Hace lo que hace con gozo porque es a Dios a quien está sirviendo y obedeciendo. Su intención es encontrar a Dios en eso que hace.
Así es como nuestros caminos de obediencia son dulces y placenteros para nosotros. ¡Porque en ellos caminamos con Dios!”
(“Sermons”. Sermon VI)
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