¡Esfuérzate! Primeros pensamientos del día.


Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová” 
(Salmo 31:24) 

John Bunyan (1628-1688):
“Esfuérzate, porque tú tienes todo un mundo contra ti. El mundo te aborrece si eres un cristiano; los hombres del mundo te odian; las cosas del mundo son trampas para ti, incluso tu cama y tu mesa, tu esposa o esposo, sí, tus goces más legítimos tienen en sí la posibilidad de hundir tu alma si no te esfuerzas por evitar sus trampas.

El mundo va a buscar mantenerte fuera del cielo con burlas, criticas, amenazas, cárceles, traiciones, torturas, hogueras, y un millar de muertes. Por lo tanto, ¡esfuérzate!. 
Y tenlo claro, si superas todos estos ataques, probará con halagos, promesas, seducciones, tentaciones que se ajustan perfectamente a tu carácter, ruegos, y el uso de un millar de trucos para destruirte.

Observa a muchos de los que han prevalecido contra las amenazas del mundo, como luego fueron vencidos con los halagos y glorias hechizantes de este mundo.
Se mantiene firme la enemistad entre el diablo y la iglesia, entre su simiente y la simiente suya; entre Miguel y los ángeles contra el dragón y los demonios, éstos combaten continuamente. (Génesis 3; Apocalipsis 12). 
Pero hay grandes deseos y esfuerzos entre los hombres de este mundo para conciliar estos dos en uno, a saber, la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer. Pero esto nunca podrá lograrse. 

El mundo está decidido a doblegarnos y gestar esta unión terrenal por completo de la simiente de la serpiente y la Iglesia. Y su esfuerzo no queda sólo en palabras. Han ideado toda clase de tormentos crueles para someternos, matando a través de la espada, la lapidación, el cortarnos en pedazos, las llamas, las bestias salvajes, destierros, el hambre, y mil miserias. 
Por otro lado, nosotros, la Iglesia, hemos trabajado en oración y lágrimas, en paciencia y longanimidad, mansedumbre y por amor, predicando la sana doctrina y buscando ser testigos fieles contra su pecado, para guiarlos al arrepentimiento y que se sometan al Único Rey verdadero. ¡Pero aún continua la enemistad!. 

¡Esfuérzate!. Es una guerra y es necesario que seamos ‘fervientes en espíritu, sirviendo al Señor’ (Romanos 12:11). ‘A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas’ (Hebreos 6:12)”
(“The Strait Gate”).




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