“Hubiera yo desmayado,
si no creyese que veré la bondad de Jehová
en la tierra de los vivientes” (Salmo 27:13)
Christopher Love (1618-1651) fue un predicador puritano que murió decapitado en 1651, en la Tower Hill de Londres.
El estaba casado con Mary Stone, con quien tuvo 5 hijos, dos niñas que murieron al poco tiempo de nacer y 3 niños, el último nacido 13 días después del martirio de Love (viviendo sólo 7 meses).
Mientras él estaba en la cárcel, a punto de ser decapitado por su fe, su esposa Mary, en los últimos momentos de su embarazo, le escribió una carta. Estas son sus palabras:
"Antes de escribir una palabra más, te pido que no creas que soy tu esposa, sino una persona amable que te escribe. Espero que hayas entregado libremente a tu esposa e hijos al mismo Dios que dijo en Jeremías 49:11: 'Deja tus huérfanos, yo los criaré; y en mí confiarán tus viudas'.
Tu Creador será mi marido y un Padre para tus hijos. Oh... que el Señor te guarde de tener un sólo pensamiento de preocupación por tu familia.
Yo anhelo que te rindas en las manos del Padre, y no sólo veas todo esto como una corona de gloria PARA TI al morir por Cristo, sino como un honor también PARA MÍ que yo tenga un esposo para renunciar a los pies de Cristo.
No me atrevo a hablarte de ello, ni aún tener un pensamiento en mi corazón acerca de mi pérdida indecible, sino que mantendré los ojos fijos completamente en tu ganancia inexplicable e inconcebible en toda esta situación.
Simplemente tú dejas una mujer pecadora y mortal para casarte para siempre con el Señor de la gloria.
Simplemente dejas hijos, hermanos y hermanas para ir al Señor Jesús, tu hermano mayor.
Dejas amigos en la tierra para ir a disfrutar el gozo de los santos y de los ángeles y los espíritus de los justos hechos perfectos en gloria.
Tú dejas la tierra por el cielo, y cambias una prisión por un palacio.
Y si los afectos naturales desean comenzar a emerger, espero que el espíritu de gracia que hay en ti les sofoque, sabiendo que todas las cosas de aquí abajo no son más que escoria y estiércol en comparación con aquellas cosas que están arriba.
Sé que mantienes los ojos fijos en la esperanza de gloria, que hace que tus pies aplasten las pérdidas de esta tierra.
Cariño, sé que Dios no sólo está preparando la gloria para ti y a ti para la gloria, sino que estoy convencida de que EL endulzará el camino que estás atravesando para que aún obtengas gozo y deleite en todo esto.
Al vestirte esa mañana final, oh... piensa: 'Ahora estoy poniéndome mi traje de bodas para ir casarme para siempre con mi Redentor …'
Cuando el mensajero de la muerte venga a ti, no lo mires como alguien terrible para tu vida, sino míralo más bien como un mensajero que te trae nuevas de la vida eterna.
Cuando subas al cadalso, piensa (como me decías a mí) que no es sino tu carro de fuego para llevarte hasta la casa de tu Padre.
Y cuando hayas puesto tu preciosa cabeza para recibir el golpe de tu Padre, recuerda lo que me hablabas: Aunque tu cabeza sea separada de tu cuerpo, sin embargo, en un momento tu alma se unirá a tu Cabeza, el Señor Jesús, en el cielo.
No es más que un pequeño golpe y estarás allí donde los cansados reciben descanso y donde los malvados ya no pueden afligir.
Recuerda que puedes comer tu cena con hierbas amargas, pero has de tener una cena dulce con Cristo esa noche.
Mi querido, por lo que te escribo, no busco enseñarte; porque estas consolaciones las recibí del Señor por medio tuyo.
No voy a escribirte más ni perturbarte, sino que te encomiendo a los brazos de Dios, en los cuales pronto estaremos tanto tú como yo.
Adiós mi amado. Nunca volveré a ver tu rostro hasta que ambos contemplemos el rostro del Señor Jesús en ese gran día”.
(“Carta de Mary Stone a Christopher Love”. 14 de Junio 1651)
Quiero amar a mi esposa así. No sólo en su muerte, sino hoy y cada día.
Quiero amar a mi Cristo así. No sólo ante la muerte, sino hoy y cada día hasta toparme con el valle de sombra de muerte.
Tu gracia… tu gracia en mí Señor… es mi clamor más intenso…. Tu gracia Señor… clamo… sólo tu gracia en mí puede hacerlo…. Eres mi única esperanza aquí en la tierra y al llegar a mi hogar por el que suspiro….
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