“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entro en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer” (Lucas 4:16).
En el devocional de ayer vimos como Jesús entra a la sinagoga de Nazaret en la que se había criado y lee las Escrituras aún sabiendo que sería rechazado.
Y no sólo fue rechazado, sino que “todos se llenaron de ira; y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle” (Lucas 4:28,29).
¡Cuanta valentía en EL para hacer lo que debía hacer menospreciando el perder la buena opinión de los demás!
Una buena pregunta sería: ¿Y cuál es tu sinagoga de Nazaret?
¿Qué es lo que tienes delante que sabes que si lo haces te atraerás problemas?
¿En tu trabajo le predicas el evangelio a tus compañeros? ¿O dices: “no, ya les hablé y se burlan. Ya no les hablo más”?
¿O les has hablado algo de Dios y que vas a una Iglesia pero tu predicación fue tan liviana que ellos dicen: “bueno, si a él le hace bien”?
Cuantas personas se quejan si los pastores no dicen toda la verdad desde el púlpito, pero ellos en el trabajo se callan el 80% de la verdad para no tener conflictos.
¿Cuál es tu sinagoga de Nazaret?
Luis Rodas
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