"Deléitate asimismo en Jehová" (Salmo 37:4).
Thomas Watson (1620-1686):
"Podemos deleitarnos en Dios y disfrutar de EL aquí en esta tierra.
Hay un dulce deleite de Dios cuando a través de la Palabra el Espíritu vivifica y eleva los afectos.
Como les sucedió a los discípulos camino a Emaús. Ellos dijeron: '¿no ardía nuestro corazón en nosotros?' (Lucas 24:32).
Oh... cuan maravilloso banquete encontramos en la obra del Espíritu de Dios en nuestras vidas. Cuando EL trabaja en nuestros corazones dejando una impresión de santidad.
2 Corintios 3:18 se refiere a esto cuando dice que: 'somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen'.
Cuan prodigiosamente malvados son aquellos que prefieren disfrutar de sus deseos antes que deleitarse en Dios.
'Los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida' (1 Juan 2:16) son la Trinidad que ellos adoran.
Los deseos primero los hechizan con placeres, para luego golpearlos violentamente con su daga.
La persona que vive en ellos es 'como el ave que se apresura a la red, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón' (Proverbios 7:23).
Que nuestra gran preocupación sea disfrutar de Dios aquí.
Como los hijos de Coré en el Salmo 42:2: 'Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo'.
Ay... ¿qué es todo éste mundo sin el deleite en Dios?.
Cuanto más alto la alondra vuela, más dulce es su cantar. Así cuanto más alto volamos en las alas de la fe, más disfrutamos de Dios, y más dulce deleite reposa en nuestras almas.
¡Cuan inflamado es nuestro corazón al orar y meditar en la Palabra!.
¡Que gozo y paz al creer!.
¿No hay grandes consuelos al acercarnos al cielo?.
El que disfruta mucho de Dios en esta vida, lleva algo del cielo sobre él".
("A Body of Practical Divinity")
Luis Rodas
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