Himno "Triunfa en mí" - Hans Betz



Uno de los himnos más antiguos que aun están en uso fue escrito por alguien en prisión y es una especie de conversación entre Jesús y la Iglesia.
Su autor fue Hans Betz. Apresado y asesinado en 1537 en el Passau en Alemania por predicar el evangelio.

"El tentador viene de muchas formas,
no pocas veces como un ángel.
Con sugerencias inteligentes trata de persuadir y confundir.
Por tanto, ¡velad y orad! ¡No dejes que te robe tu corona!
Prepárate para luchar en todo momento".

¡Oh, Señor, a pesar de que lucho contra la tentación
con todo lo que soy,
pronto me encuentro a mí mismo tumbado,
caído de nuevo.
Mi fuerza es tan débil.
Me balanceo como un junco en mi fragilidad humana.
¡Oh, Señor, estabilizame! Ayúdame en todo momento!

"¡Levántate y lucha con valentía!
No permitas que el diablo te capture!
Sigue luchando
y atravesarás lo que se te ponga delante".

Yo soy como una flor rota.
¡A menos que tu poder
empiece a fluir dentro de mí no lo voy a lograr!
Tú sabes que del polvo vengo.
No hay nada digno de confianza en mí.
Tú conoces mi debilidad. ¡Recuérdame! ¡Hazme fuerte como Sansón!
¡Hazme inconmovible ante las burlas de Goliat!

"Tú puedes contar conmigo.
¡Yo no te dejaré!
Exactamente cuando lo necesites,
te daré poder para vencer".

Señor, por momentos me dejas probar tu dulzura maravillosa.
Pero luego se me escapa otra vez y
me vuelvo a hundir en la miseria y la angustia,
totalmente desprovisto de tu fuerza.
Esta es mi queja. Por favor, ¡acércate a mí, tu hijo!

"Aunque puede parecer que estoy lejos, no es verdad.
Yo sólo permito que te sientas así
para que aprendas a depender de mí,
así puedes clamar a mí en busca de ayuda en todo momento,
sin la cual no eres nada".

¡Que tu gracia poderosa fluya dentro mío!
Cuando pruebo tu bondad mi ansiedad desaparece.
¡Dame comida del cielo, así puedo saltar de gozo otra vez y te alabo!
Recuerda, ¡mi cuerpo es frágil.
Cuando viene la enorme ansiedad, tu gozo me hace escapar otra vez.
¡Sálvame de mi propia fragilidad!

"Si quieres resucitar de entre los muertos y vivir conmigo,
primero tendrás que morir.
¡Tendrás que padecer junto conmigo
para heredar el Reino junto conmigo en el gozo eterno!"

Hazme perseverar hasta el final contigo.
Que te confiese con mi boca y con mi vida ante el mundo.
Que me pare firme en tu pacto.
¡Oh, Señor, triunfa en mí!


Luis Rodas


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