“Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos
de continuo, hasta el fin" (Salmo 119:112)
William MacDonald (1917-2007):
“El verdadero cristianismo consiste en una entrega absoluta al Señor Jesucristo. El Señor no está buscando personas que le dediquen sus tardes libres, sus fines de semana, o sus años de jubilados. EL busca personas dispuestas a darle el primer lugar en su vida.
Lucas 9:57-62 habla de tres señores con quienes se ilustran ejemplos de impedimentos o excusas para no ser discípulos de Jesucristo:
El Señor Apresurado:
Se ofreció entusiastamente. Pero tan apresurado que desvalorizó el costo. Su amor por lo terrenal fue mayor que su interés de verdaderamente dedicarse a Cristo.
El Señor Tardío:
No se ofreció como el primero, más bien Cristo lo llamó. Su respuesta no fue un rechazo absoluto pues no estaba desinteresado en el Señor, pero... quería hacer otras cosas primero. 'Señor,... yo primero...' es el verdadero problema, el resto de las palabras es un mero disfraz.
Realmente, no era que su padre estaba muerto. Lo que él quería decir era que hasta después de que su padre muriera estaría disponible. Consideraba que en el tiempo actual, sus actividades ocupaban un lugar preferente con respecto a la principal razón de existir del cristiano.
El Señor Liviano:
Tiene en común con los dos anteriores. Con el primero, del mismo modo se ofreció de voluntad propia. Con el segundo, igualmente daba prioridad a otros asuntos antes que al Señorío de Cristo.
Este hombre dejó que los lazos familiares ocuparan el lugar que le corresponde a Cristo. Pero en realidad no era más que un reflejo de su egocentrismo.
Habiendo recibido a Jesucristo como tu Salvador, ¿quieres seguir siendo tu señor?"
(“El Verdadero Discipulado”).
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