“Oh Dios de los ejércitos,
vuelve ahora;
mira desde el cielo, y considera,
y visita esta viña.
La planta que plantó tu diestra,
y el renuevo que para ti afirmaste” (Salmo 80:14,15)
Hudson Taylor (1832-1905):
“El cuidado de la vid verdadera no se le confía a la mano de ningún aprendiz; el Padre mismo realiza esta tarea (Juan 15:1).
Así la falta o exceso en la poda resulta imposible, no puede ocurrir. EL entrena y sustenta cada rama individual; conoce las necesidades de cada individuo y le provee sol o sombra, luz u oscuridad, tiempo seco o lluvia, según lo considere conveniente.
Los hombres pueden ser salvos 'como por fuego' (1 Corintios 2:15), salvados como lo fue Lot de la destrucción de Sodoma (tras perder casi todo lo que tenía); salvados tras una perdida cuya magnitud solo será revelada en la eternidad.
El Señor guarde a su pueblo del amor al mundo o a las cosas del mundo.
El Gran jardinero no solamente desecha las ramas que no dan fruto, sino que poda las que si lo dan, para que produzcan más fruto (Juan 15:2).
Los métodos del jardinero Divino no son necesariamente severos. EL limpia mediante la aplicación de la Palabra; y donde se escucha la suave voz del Espíritu mediante la Palabra, se hace innecesaria la disciplina severa y dolorosa. Cuantas tribulaciones evitaríamos si la Palabra de Dios morara en mayor medida en nosotros, y si la dirección y la guía del Espíritu, se obedecieran más implícitamente".
(“On Spiritual Secrets”)
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