NO SON CUENTOS DE NIÑOS. Primeros pensamientos del día.


"Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, 
nuestros padres nos han contado,
la obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos.
Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos"
(Salmo 44:1,2)

El pueblo que dice estas palabras está viendo todo lo contrario a lo que les fue contado.
De la misma manera que hoy recibimos de forma oral y escrita las historias, sucesos y proezas de Dios en las Escrituras, así los israelitas transmitían de generación en generación.

Ellos recibieron desde pequeños todos esos relatos de cómo Dios actuó fiel y poderosamente por Su pueblo. Pero ahora tienen delante una realidad absolutamente diferente.
Ellos escriben:
"Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar;
y no sales con nuestros ejércitos.
Nos hiciste retroceder delante del enemigo,
y nos saquean para sí los que nos aborrecen" (44:9,10).

Tenían en sus mentes las historias pasadas, ahora ellos debían experimentar con Dios sus propias historias. Y hasta ahora no estaban siendo muy victoriosas.

Una gran posibilidad era asumir que habían intentado experimentar en sus dificultades al mismo Dios que relataban todas esas historias, pero que no había funcionado. Podían simplemente resignarse, y dejar que todo eso sean bonitos relatos que por costumbre se cuentan pero que no tienen una aplicación real.
Otra posibilidad era negarse a rendirse y seguir clamando al Dios de todas aquellas historias hasta vivir lo mismo.
¡Ellos eligieron esta última opción!
Y aquí los tenemos clamando sin descanso a Dios como si dijeran: "Nos negamos a que esto haya sido sólo relatos fantasiosos. Creemos en ti, queremos experimentarte en nuestras dificultades actuales".

Cuantas personas se congregan fielmente cada domingo para escuchar historias tras historias de las proezas de Dios. Las escuchan, y hasta puede que ellos mismos las prediquen o las canten. Pero, trágicamente, no creen que las puedan experimentar ellos mismos en la actualidad en sus adversidades.
Son eso... sólo historias que su religión cuenta...

Tal vez lo intentaron alguna vez... Oraron... Oraron y oraron... Pero como no sucedió nada... o más bien sucedió justo eso que no esperaban... Se terminó el experimento...

Hermano, presta atención a este pueblo del Salmo 44. Ellos han estado viendo por mucho tiempo todo lo contrario a lo que aquellas historias que habían recibido acerca de Dios relataban. Pero siguen negándose a la derrota fatal de pensar que no se puede vivir eso mismo hoy. NO aceptan un no. Y claman hasta ver a Dios: "Levántate para ayudarnos" (44:26).

¿Para ti son sólo historias como cuentos de niños?
¿O crees que todos aquellos relatos de las Escrituras te muestran cómo es Dios para que puedas vivirlo en tu presente en tu realidad diaria?






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