Un cristianismo que no cuesta nada, nada vale. Primeros pensamientos del día.




“¡Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos y en armonía!” (Salmo 133:1)

Para que este verso no sea una simple licencia poética, sino algo real en nuestras vidas, no podemos esperar que los hermanos que nos rodean sean perfectos.
Mas bien éste "habitar los hermanos juntos y en armonía” comienza por un amor bíblico de nosotros hacia ellos.

Thomas Manton (1620-1677):
 "Necesitamos un amor que incluya auto-negación.
1 Juan 3:16 afirma: 'En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos’.
Vivimos esto cuando amamos a los hermanos a pesar del costo.
Esforzándonos para instruir a los ignorantes, consolando a los afligidos, exhortando al obstinado, confirmando a los débiles, aliviando a los necesitados, sufriendo con los perseguidos. ¡Esto muestra que el amor de Dios está actuando en nosotros!.
¡Los actos que serán tenidos en cuenta en el día del juicio son actos de auto-negación!.
¿Has visitado al abandonado, has vestido al que no tiene, has estado junto a los siervos de Dios cuando los tiempos se vuelven difíciles?.
Amor sólo de labios y servicio de la boca para fuera es una religión barata; y un cristianismo que no cuesta nada, nada vale.
1 Juan 3:18: 'Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad’.
Cuando nos negamos a nosotros mismos y valoramos el interés de Dios y el interés de su pueblo por encima del nuestro, entonces nuestra sinceridad se ve manifiesta.
Pero cuando dices que amas a los hermanos, y no haces nada por ellos, es como si dijeras que dejaste satisfechos a tus acreedores sólo mostrándoles el dinero que tenías en tu bolsa, como si con eso bastara para pagar tus deudas.
Se debe tratar de un amor real, no simulado o que tiene sólo palabras.
A veces he visto situaciones donde se denomina ‘amor a los hermanos’ a lo que no es amor.
 A veces pretendemos decir que amamos a Dios y que tenemos celo por EL, mientras no nos importa lo que le sucede a nuestro hermano.
Pero mira lo que enseña 1 Juan 4:20: 'el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?'
 Toma conciencia que no es sólo lo que no sabes, sino como lo aplicas en los que te rodean”.
“The Works of”. Sermon XX)



Luis Rodas

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