Los santos deben ser zarandeados. Primeros pensamientos del día.


"Bendito sea Jehová, mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla,
y mis dedos para la guerra;
Misericordia mía y mi castillo,
Fortaleza mía y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado" (Salmo 144:1,2)

Isaac Ambrose (1604-1664):
“Los malvados rechazan involucrarse en esta guerra. En lugar de pelear las batallas del Señor, ellos se unen con el enemigo. Pasan tiempo en deleites y disoluciones, en distracciones y seguridades carnales.
Se encuentran en plena ignorancia de los ataques de Satanás y de su propio peligro.
¡Oh si sus ojos se abrieran para ver la condición dramática en la que están!. ¡Oh si tales hombres conocieran su peligro a tiempo para poder escapar!.
Ellos no son los soldados del Señor, sino que están en plena fiesta con el diablo. No pelean contra Satanás por lo que él no perturba su sueño.
Todo el pueblo de Dios, desde el primero hasta el último, está enrolado en esta guerra espiritual, y puede decir: 'las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas’ (2 Corintios 10:4).
 Tal ha sido el lenguaje de todos los santos de todas las épocas. Todos ellos estuvieron en guerra, incluso el más santo de todos ellos. Job, Moisés y Aarón, Lot, David, los patriarcas y los profetas; todos tuvieron sus duras pruebas.
Y de la misma manera aquellos bajo el evangelio: Pedro fue 'zarandeado como trigo’ (Lucas 22:31), Pablo abofeteado (2 Corintios 12:7), y aún Cristo mismo fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
Ten en cuenta que tu cristianismo te costará. El soldado cristiano debe soportar la cruda batalla. Los santos deben ser zarandeados, abofeteados, probados y tentados. Guerras y peligros serán su porción. 'Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios’ (Hechos 14:22).
¿Estás peleando contra el pecado, Satanás, el mundo y la carne?. ¡Coraje cristiano!. No desmayes.
¿Temes a tan grandes enemigos?. 'Fortalécete en el Señor y en el poder de Su fuerza' (Efesios 6:10). EL 'aplastará en breve a Satanás bajo tus pies' (Romanos 16:20).
Oh hombre vano, no temas de la guerra, sino alístate dentro del ejército de Cristo y pelea valientemente bajo la bandera de la cruz. Cristo te llama a una guerra honorable y te promete poner 'a cubierto tu cabeza en el día de batalla' (Salmo 140:7), y coronarte al final.
¡Dios está comprometido a darte la victoria!”.
(“The Christian Warrior”)







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