No serás medido por tu imaginación sino por tu fidelidad PRIMEROS PENSAMIENTOS DEL DÍA



“Aconteció un día, que él estaba enseñando” (Lucas 5:17).

Volvió Jesús a Capernaúm, lugar que ahora Mateo ya llama “su ciudad” (Mateo 9:1). Este, en ese momento, era su lugar de residencia.
Por lo que, estando en “su casa” (Marcos 2:1) enseñaba (Lucas 5:17).

Ese día se agolpó tanta gente que “no cabían ni aún a la puerta” (Marcos 2:2), ya que aún “fariseos y doctores de la ley habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén” (Lucas 5:17).

¿Qué enseñaba Jesús en aquellos días?
Marcos va a sintetizarlo, como es su costumbre, de manera precisa: “les predicaba la palabra” (Marcos 2:3).
Y no va a ser la única vez que lo explica así.
En Marcos 4 Jesús cuenta 3 parábolas acerca del reino de Dios, y luego el autor sintetiza: “con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra” (Marcos 4:33).

¿Qué debemos enseñar nosotros hoy?
¡No hay nada que inventar!
En el caso del Señor, cuando EL hablaba, producía “la palabra”.
EL es “el verbo” mismo (Juan 1:1).
En nuestro caso NO.

¿Qué hacemos entonces?
Debemos hacer lo mismo que los primeros seguidores de Cristo.
Marcos 16:20 relata que "ellos, saliendo, predicaban por todas partes”.
¿Qué predicaban?
Lo único que el Señor va a respaldar genuinamente.
Este último versículo continúa:
“ayudándoles el Señor y confirmando la palabra”.

Nuestro llamado no es a producir “la palabra”. Sino a ser “retenedores de la palabra fiel tal como ha sido enseñada” (Tito 1:9), y como “hombres fieles", enseñarla “también a otros” (2 Timoteo 2:2).


Luis Rodas


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