Siempre tiene tiempo para tus aflicciones PRIMEROS PENSAMIENTOS DEL DÍA



“E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre le dejó” (Lucas 4:39).

El Rey del Universo, Dios indescriptible, se acerca a la casa de Pedro y Andrés (Marcos 1:29). Deja todas las ocupaciones universales, las tremendas y complejas funciones como director del Cosmos... Decisiones, mandatos... todo queda a un lado por un momento... EL... aquel por “cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten” (Hebreos 2:10), se toma un tiempo para ir a comer algo a la casa de Pedro y de Andrés. ¿Qué había de tanta importancia allí para que el que “es antes de todas las cosas” (Colosenses 1:17) lo deje todo para después y vaya?

Alguien podría pensar que se trata de alguna reunión privada y selecta con los máximos emperadores, reyes, magnates, revolucionarios conflictivos y líderes religiosos de su época.
Tal vez una conferencia en busca de la paz del planeta.
El dueño del Universo dirá las palabras que nadie supo decir jamás y tomar las decisiones con precisión milimétrica para que se terminen las guerras, hambrunas y demás desastres terrenales.

¿Será así?
¡NO! El Rey del Universo tiene otros planes para esa tarde. Una mujer está enfrentando una “gran fiebre” (Lucas 4:38) que la había derrumbado en la cama (Mateo 8:14).

Allí va el que pronto “regirá con vara de hierro a todas las naciones” (Apocalipsis 12:5), el Gran Presidente del Universo; y manifiesta un poco de esa sublime misericordia que no tiene par...

¡Que historia!
¡Nunca eres demasiado pequeño para EL!
¡Siempre tiene tiempo para tus aflicciones!


Luis Rodas


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