“Como escogidos de Dios, santos y amados” (Colosenses 3:12).
Ahhh…. como cambia la perspectiva de la vida al entender estas palabras.
Sin duda no es lo mismo pensar que yo tomé una buena decisión al escoger a Cristo como mi Salvador, que saber que Dios me escogió a mí (ya que yo nunca lo hubiera hecho), para salvarme en Cristo.
Y la admiración y adoración aumenta cuando entiendo algo al menos, de lo que esto significa:
“santos”: me separó para EL “desde antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4) y me guiará poderosamente hasta un futuro tan glorioso (Efesios 1:15-18) que ahora apenas podemos entender (1 Corintios 13:12)
“amados”: no hemos sido escogidos para este futuro en el que “nos saciaremos de la misericordia” de Dios (Salmo 90:14) por una elección fría como la que puede tener un jefe al elegir a cierta cantidad de empleados para un trabajo y a cierta cantidad para otro. ¡NO! La razón de nuestra elección es que SOMOS AMADOS DE DIOS. ¡Esto es lo que explica TODO en nuestra vida!
El cristiano fue escogido bajo un plan que nos maravilla de sólo pensarlo (Salmo 139:14-18; Romanos 11:33-36).
¿La razón detrás que impulsa todo esto?
SOMOS AMADOS DE DIOS.
Pablo le escribe una primera carta a los hermanos de Tesalónica, y les dice: “Conocemos, hermanos AMADOS DE DIOS, vuestra elección, pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente” (1 Tesalonicenses 1:4,5).
El apóstol Pablo les está diciendo que al ver lo que ha producido el evangelio en sus vidas tiene certeza de que el amor de Dios por ellos se ha manifestado en la gracia gloriosa de elegirlos para salvación.
Y luego les envía una segunda carta: “Nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos AMADOS POR EL SEÑOR, de que Dios os haya escogido” (2 Tesalonicenses 2:13).
¿Lo ves?
La razón por la que Dios te escogió no fue el saber de antemano que tú lo amarías a EL. Sino que EL te amó:
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que EL nos amó a nosotros” (1 Juan 4:10).
Esto es muy similar a las palabras de Jesús antes de morir:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Juan 15:16).
Es al comprender algo de semejante “amor que excede a todo conocimiento” (Efesios 3:19) que llegamos a manifestar amor:
“Amados, si Dios nos ha amado así, debemos nosotros también amarnos unos a otros” (1 Juan 4:11).
La razón de tu salvación es que Dios te ha escogido, y la razón de porqué eres "escogido de Dios” es porque TE AMÓ:
“No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó” (Deuteronomio 7:7,8).
Esto, completamente lejos de producir algún envanecimiento, si lo entendemos bien, nos postra en adoración, llenos de gozo, paz y admiración, delante de Aquel a quien le debemos TODO.
Luis Rodas
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Cultivando un carácter piadoso
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