Gratitud por la tarea que se te confió (1) CULTIVANDO UN CARÁCTER PIADOSO



“Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (1 Timoteo 1:12).

 Un tiempo atrás, al enseñar 1 Timoteo en un estudio bíblico, me vi en serios problemas.
 No hacía mucho que habíamos comenzado, y pronto me topé con este pasaje. Al leerlo, rápidamente pude hacer mi resumen mental y escribí “Gratitud por el ministerio”. Era obvio que de eso debía tratar la siguiente lección que nos correspondía. Las palabras de Pablo eran muy claras.
 Pero había algo que NO estaba TAN CLARO:
yo con respecto a la tarea que Dios me había encomendado.

 Ese día me quedé inmóvil frente a la computadora.
 Podía hacer una simple exégesis del pasaje y desarrollar un lindo estudio sobre la actitud de gratitud que debemos tener ante el ministerio… Con eso no había problema.
 Pero… en mi vida personal… ¿veía el ministerio como una bendición de Dios a agradecer? ¿Lo veía como un privilegio que provoca gratitud en el corazón con sólo pensarlo?

¿PRIVILEGIADO?
 En ese momento me di cuenta que podía relacionarme bien con las palabras de Pablo “cada día muero” (1 Corintios 15:31)… pero… ¿GRATITUD por el ministerio?...
Podía levantarme cada día y morir a lo mío para entregarme a otros sin esperar a cambio alguna muestra de afecto (y vaya si esto es necesario)…. pero…. ¿considerarme un privilegiado por hacerlo?….
 Ehmmmm….. triste y vergonzosamente lo digo: no...

¿La razón?
 Bueno…. podríamos resumirlo en: una larga y terrible lista de puntos olvidados….
 No puntos menores…. Puntos…. decisivos, diría...
 No me malentiendas: yo podía aquel día hacer un estudio enumerando uno por uno todos aquellos puntos importantes. Comenzaría con mi ejercicio habitual de búsqueda de pasajes, desglosamiento de verdades, y exhortación final….
Sí podía.
 Pero de pronto me di cuenta algo que para ti puede ser muy obvio pero para mí no lo era en absoluto: Pablo estaba creyendo de forma personal en todo aquello y a mí se me había perdido en el camino.

¿Qué tarea te encomendó el Señor?
 Solemos raramente pensar que “ministerio" es sólo aquello que hacemos cuando la Iglesia se reúne.
 Pero “ministerio”es esa tarea que Dios te confió para que hagas.
 ¿Eres madre?: ¿Con que corazón sirves a tus hijos?
 ¿Eres trabajador?: ¿Como te levantas cada mañana para hacer la tarea que Dios te dio?
 ¿Eres esposo?: ¿Te quejas pensando que si tuvieras otro tipo de esposa sí habría algo para agradecer?
 ¿Eres estudiante?: ¿lo consideras un recurso que Dios te está confiando?
 ¿Ejerces algún tipo de servicio en la Iglesia?: ¿Te sientes desgastado?

 Piensa por un momento en la tarea que haces en tu día a día...
 ¿Estás agradecido por aquello que Dios te confió? ¿En el cómo lo haces cualquiera puede ver esa gratitud?

 ¿Qué había en el corazón de Pablo para decir con toda sinceridad:
“Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio”?

 Tal vez pienses: “pero… lo que pasa es que tú dices esto porque no conoces a mis hijos… No sabes lo que son”. O “no tienes ni idea lo que es mi esposo”. O “mi jefe es insoportable”. O tal vez eres pastor y te sientes como dentro de una pecera en la que todos pueden mirar y criticar...

 Aquel día, frente a mi bonito estudio “Gratitud por el ministerio”, se desplomó sobre mí la verdad incuestionable de cómo era la vida de aquella persona que escribía estas palabras. ¿Quién de nosotros puede leer 2 Corintios 11:23-29 y decir que tiene más dificultades que Pablo?

 Sin duda…. sin duda…. Pablo estaba entendiendo puntos decisivos al respecto, que muchos de nosotros a veces soltamos por ahí cuando vienen las adversidades...


Luis Rodas


.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Instagram

Haz click AQUÍ

Twitter Updates

Sobre mí