A Jesús lo perseguía la gente para ser sanada y liberada.
Y ya vimos en el artículo anterior que el Señor deja a una multitud en Capernaúm y se va en un barca con sus discípulos al otro lado.
En el viaje se queda dormido y se levanta una tempestad.
El Señor simplemente dice “calla, enmudece” y todo se calma.
Al rato llegan a a la tierra de los gadarenos: "Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos" Marcos 5:1.
Y ni bien sale Jesús de la barca el trabajo continúa: "Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo" Marcos 5:2.
Este hombre estaba en una situación realmente lamentable y peligrosa:
"Que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras" Marcos 5:3-5.
Este hombre sería el terror del pueblo. ¿Qué pensaríamos de un hombre que vive entre los sepulcros, que rompe cadenas, un loco desnudo que nadie le puede dominar, que anda gritando todo el día y lastimándose con piedras?
Un caso perdido ¿verdad?
¿Cuantas posibilidades de salvación tenía este hombre?
Es el típico hombre que cuando la gente lo ve se cruza a la vereda de enfrente. Peligroso, lleno de demonios, imposible de entablar una conversación normal con él, un caso perdido, aún si alguien se atreve a predicarle no hace más que delirar.
Pero cuando este endemoniado ve a Jesús ¿qué hace?
¿Lo ataca? ¿Lo insulta? ¿Intenta asustarlo? ¿Lo maldice? ¿Empieza una guerra espiritual y Jesús un tanto nervioso comienza a gritar: “te reprendo, te reprendo” hasta que los demonios se van?
Veamos:
"Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes" Marcos 5:6,7.
“se arrodilló ante él”
“Jesús, Hijo del Dios Altísimo”
“te conjuro por Dios”: significa “te ruego por Dios”.
Nada de insultos, ni maldiciones, ni gran guerra espiritual, simplemente el loco del sepulcro, el endemoniado desnudo que rompía las cadenas, se arrodilla y le dice “Jesús, Hijo del Dios Altísimo”
“te ruego por Dios que no me atormentes”.
Mateo 8:29 agrega algo que dicen estos demonios: “¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?”.
Sin duda la teología de estos demonios estaba perfecta. Al Señor le dicen “Jesús, Hijo del Dios Altísimo” y su “escatología” incluye que en cierto tiempo los demonios serán atormentados. Ellos dicen: “¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?”
Los demonios no son ateos. Santiago 2:19: “los demonios creen, y tiemblan”.
Los demonios sabían que lo que les espera es un juicio final y que todo quedará doblegado a los pies del Señor Jesús.
El diablo y los demonios habían ganado el territorio aquí en este planeta a través de la desobediencia de Adán y Eva: Lucas 4:5-8 (en la tentación en el desierto).
Pero aún esta autoridad la perdieron el diablo y los demonios: Colosenses 2:13-15
"Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz".
2:15: A esto se le llama “el desfile triunfal” y tiene que ver con el desfile que hacían los ejércitos romanos cuando vencían a otro ejército. Los hacían desfilar derrotados y encadenados delante de todos.
También lo vemos en Hebreos 2:14.
Por esto Jesús al resucitar dijo "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" Mateo 28:18,19.
Jesús tiene todo dominio y autoridad. Y es Jesús, quien en persona, reinará sobre absolutamente todo. Esto le fue entregado de la mano de Su Padre:
Apocalipsis 5:1 "Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
El “Nuevo Comentario Bíblico” de Donald Guthrie, explica que este “libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos” es “sin posibilidad de duda” un testamento: “De la misma manera que en Alemania, antes de la aparición de los giros postales, todo el mundo sabía que una carta con cinco sellos contenía dinero, así también el más simple de los miembros de las Iglesias asiáticas sabía que un biblion sellado con siete sellos, era un testamento. Cuando moría el testador se sacaba a luz el testamento y se lo abría... se le rompían los sellos, se leía el testamento y se lo ejecutaba” (Pag. 956).
5:2: Solo el heredero de todo podía abrir este título de propiedad que lo hacía Soberano sobre todo.
5:5: “ha vencido para abrir el libro y desatar sus sellos” (Filipenses 2:8-11; Hebreos 1:2; Salmo 2).
5:6: las marcas de su crucifixión siguen visibles, pero vencedor y resucitado.
5:9,10: Nosotros somos coherederos con Jesús (Romanos 8:16,17).
Y reinaremos juntamente con él sobre todo (Apocalipsis 2:26,27).
5:11-14: exaltan y adoran a Jesús junto al Padre. Es imposible que si Jesús no es Dios, Dios acepte esto (Isaías 42:8).
Luis Rodas
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