"Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa” Proverbios 5:8.
En el devocional de ayer leímos esto:
Hay lugares donde el cristiano no es bueno que entre, hay personas que el cristiano no es bueno que visite ni que entable con ellas una conversación privada, hay cosas que el cristiano simplemente NO debe mirar.
Y vimos un buen caso de simplemente huir: José.
Pero en Proverbios encontramos un caso en el que un joven hace exactamente lo contrario. Mientras va a visitar a su novia se encuentra en el camino a otra mujer:
"Porque mirando yo por la ventana de mi casa,
por mi celosía,
vi entre los simples,
consideré entre los jóvenes,
a un joven falto de entendimiento,
el cual pasaba por la calle, junto a la esquina,
e iba camino a la casa de ella,
a la tarde del día, cuando ya oscurecía,
en la oscuridad y tinieblas de la noche.
Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro,
con atavío de ramera y astuta de corazón.
Alborotadora y rencillosa,
sus pies no pueden estar en casa;
unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,
acechando por todas las esquinas.
Se asió de él, y le besó"
(Proverbios 7:6-13).
Este joven, como explica este pasaje más adelante, "se marchó con ella como va el buey al degolladero" (7:22), "como el ave que se apresura a la red" (7:23).
Es imposible que no termine pagando las consecuencias.
Una persona así "no sabe que esto es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón" (7:23).
FALSA CONFIANZA
Hay creyentes que piensan que no necesitan huir de cosas externas porque Dios les puede dar las fuerzas ante toda situación. Para luego descubrir que cayeron sin saber cómo y pronto ser avergonzados una y otra vez.
Creen que como la victoria sobre el pecado no se trata de sus fuerzas humanas, imaginan que ellos no deben hacer nada. Que simplemente un día quedarán libres.
La Biblia NO dice eso. A VECES ES MUY ESPIRITUAL MIRAR PARA OTRO LADO ya que el que nos ha dado ese deseo de agradarle y las fuerzas para hacerlo, ES EL.
Filipenses 2:12 nos dice: "ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor".
¿Porque nos pide esto? Porque un versículo después nos dice que es Dios mismo quien nos da, tanto ese deseo de agradarle, como la fuerza para hacerlo:
"porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad".
El Señor nos ha dado "Espíritu de PODER, de amor y de DOMINIO PROPIO" (2 Timoteo 1:7). En él PODRÁS no sólo huir de estas cosas, sino ver cómo Dios es Poderoso para darle victoria a un pecador como tú y como yo.
Luis Rodas
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Etiquetas:
la inmoralidad
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