¿Tu tesoro cambió de lugar? 3ª parte - EL PECADO DE AMAR EL MUNDO



Mateo 6:19-21 "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".

Vamos a intentar entender este pasaje.

Donde, no cual
En el versículo 21 Jesús no dice: “Porque según cual sea vuestro tesoro...”
Sino que dice: “Porque donde esté vuestro tesoro...”
Esto luego de poner el contraste entre el “tesoro en la tierra” y el “tesoro en el cielo”.
Y es en este contexto que sentencia: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
¿A qué se refiere Jesús con “donde esté vuestro tesoro”?
Existen algunos que simplemente se dejan morir.
Pero la mayoría de las personas en este planeta tierra vive para hacer su tesoro, ya sea en la tierra o en el cielo.

Pero el mandato de Jesús es: Mateo 6:19-21.

Un problema
Pero hay un problema. Si le preguntáramos al 100% de los creyentes donde está su tesoro, el 100% respondería que su tesoro está en el cielo.
Pero ¿es así?
¿Cómo podemos saber si es así?

Hay una manera de investigar esto.
Jesús dijo: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
De manera que podemos rastrear donde está nuestro tesoro: Donde está nuestro corazón.

Donald Carson:”El punto es que lo que más se aprecia ocupa el ‘corazón’, el centro de la personalidad, y abarca la mente, las emociones y la voluntad; y por tanto, de modo sutil pero infalible, el más apreciado tesoro llega a controlar los valores y la dirección total de la persona” (“Comentario Mateo”. Pag. 200).

¿Qué es lo que te apasiona? ¿Qué es lo que más valoras? ¿Por qué vives?
Allí está tu tesoro, porque ahí está tu corazón.
Tú puedes cantar los domingos: “Señor, mi Dios”. Pero si tu vida está centrada en ti mismo y tu comodidad y bienestar y en tu futuro en este mundo, solo se trata de una religión de domingo.

Un mal contemporáneo
Debemos reconocer que un mal que nos aqueja como cristianos de esta época es que nuestra mirada está puesta en las cosas de este mundo.
Hoy casi que se considera un extremo cuando alguien vive su vida haciendo tesoro en el cielo en vez de en la tierra. Pero eso que podemos llamar un extremo la Biblia lo llama cristianismo.
Alguien hasta te puede decir: “No. Eso es para los que tienen un llamado a dedicar sus vidas para Cristo. Pero eso no es para todos. Tú se feliz, progresa, avanza”.

Por supuesto la Biblia no habla de buscar ser infelices. NO.
Pero sí de un cambio total.
ESTE ES UN PUNTO MUY IMPORTANTE.

Un cambio de coche
Cuando la persona se vuelve a Cristo ¿sólo cambia de método para alcanzar sus metas?
Antes vivía en pecado y sin Dios, y creía que así era libre y feliz, y que no necesitaba al Señor para lograr sus metas en este mundo.
Pero ahora se dio cuenta de que sin Dios no puede ser libre y feliz, y que sin Dios nunca logrará sus metas.
Para esto algunos siguen viviendo igual pensando que Dios entiende que son débiles.
Mientras que otros buscan alejarse del pecado porque comprenden que el pecado nos aleja de Dios y por consecuencia siguen estando lejos de Dios , y a la vez de sus metas.

¿Cual es el problema con todo esto?
Antes estaban lejos de Dios y no podían alcanzar sus metas.
Ahora se acercan a Dios porque les dijeron que solo él puede ayudarlos a alcanzar sus metas en este mundo.

Vuelvo a decir: ESTE ES UN PUNTO MUY IMPORTANTE.
Un ejemplo: Una persona quiere llegar a Barcelona y su coche no funciona lo suficientemente bien como para llevarlo hasta allí. Ya lo ha intentado varias veces y siempre se queda antes de llegar.
De pronto alguien le vende un coche más caro y ahora sí puede cumplir su meta de llegar a Barcelona.
Cambió el coche, pero NO el destino.

¿Puede considerarse que una persona es cristiana si cambia de medio pero no de meta?
Su mirada sigue estando en lo mismo, pero ahora se da cuenta de que el medio para alcanzarlo era insuficiente y cree que el mejor coche para llegar se llama Jesucristo.

¿Será esto cristianismo?

1 Juan 2:15-17 "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre".
No se trata de “Dios te quiere dar ‘los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida’. Sólo ven a la Iglesia”.
Se trata de un cambio de amor.
Antes mi corazón, mi amor, estaba en el el mundo y en las cosas de este mundo.
Ahora tuve un arrepentimiento, un cambio total. Un cambio de metas, de propósito, de vida:
Gálatas 6:14 "Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo".
Mi corazón, mi amor, está en el cielo. Para esto vivo haciendo tesoro en el cielo. Allí está mi vida, mis metas, mi futuro, mis deseos, mis propósitos.

¿Qué hago aquí?
Trabajo para allí.
En todo momento. Con mi familia, con mis amigos, con mis vecinos, con mis hermanos, en la calle, en el trabajo, en el colegio.... En todo momento.
Ha cambiado por completo mi enfoque, mi mirada.
Esto no es solo para un apóstol Pablo. Este cambio total se llama “metanoia”. Arrepentimiento. He dejado este mundo y ahora soy extranjero y peregrino en este mundo:
Hebreos 11:8-16 "Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. 
Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. 
Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 
Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 
Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad".

Hebreos 13:13,14 "Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir".

Leamos el mismo pasaje que habla del tesoro y el corazón, pero en Lucas:
Lucas 12:32-40 "No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. 
Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 
Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. 
Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 
Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. 
Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. 
Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá".

Allí está la mirada del cristiano. Allí está el tesoro del cristiano. Allí está su corazón: en el cielo.

Para el que ama este mundo, para el que tiene su corazón en los tesoros terrenales, un mensaje como este, es un atentado a sus tesoros en la tierra.
El piensa: “¿Como lo que yo amo tanto y valoro tanto, Dios no lo va a querer también para mí?”

Jesús lo dijo claro: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
¿Tu tesoro cambió de lugar?


Luis Rodas


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