7 Frutos positivos de la tristeza



La tristeza de este mundo puede causar todo tipo de daños oscuros.
El matrimonio que vivía en el departamento que ahora alquilo con mi familia es una pequeña prueba. El hombre murió de cierta enfermedad y su esposa falleció sin causa aparente apenas dos meses después. Está claro que nadie muere en sí por tristeza. Pero la depresión y la angustia pueden ser la causa principal por la que alguien abandona todo impulso de vivir dejando así de alimentarse y dormir, y abandonando sus medicamentos. Entendiendo esto, podemos decir que la tristeza de este mundo puede llevar hasta la misma muerte a alguien o provocar tal resentimiento que busque la muerte de otros (2 Corintios 7:10).

Pero, desde otro ángulo radicalmente diferente, encontramos que las Escrituras hablan de la “tristeza que es según Dios” (2 Corintios 7:10).
Un ejemplo de ella lo encontramos en la segunda epístola de Pablo a los corintios.
Los corintios de aquella congregación estaban actuando erradamente en varios aspectos. Por lo que Pablo ve necesario escribirles una carta dura de exhortación.
Él, con corazón tierno de pastor, se duele hasta las lágrimas por tener que exhortarles tan fuertemente (2 Corintios 2:4). Pero sabe que debe hacerlo.

¿Qué produjo esta exhortación fuerte?
Tristeza.
Pablo escribe: “Os contristé con la carta” (2 Corintios 7:8).
Pero agrega: “Ahora me gozo no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento” (2 Corintios 7:9).
La “tristeza que es según Dios” produjo arrepentimiento.
Y este hermoso “arrepentimiento” se tradujo en 7 frutos altamente positivos. Podemos decir “frutos ineludibles” para considerar un verdadero arrepentimiento:
2 Corintios 7:11 “Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, 
1- qué solicitud produjo en vosotros”:
“solicitud”, “es decir, el sentimiento interior que conduce a la prisa” (Charles Hodge), para corregir lo erróneo.

2- “qué defensa”:
“qué afán por disculparse” traduce la NVI.

3- “qué indignación”:
es una “indignación o vergüenza por el daño causado a la Iglesia y por haber sido condescendientes con el pecado (1 Corintios 5).

4- “qué temor”:
“temor” reverente hacia Dios (2 Corintios 7:15).

5- “qué ardiente afecto”:
corazones de amor hacia Dios y sus hermanos.

6- “qué celo”:
“qué preocupación” traduce la NVI. Preocupación por lo hecho, y hacia defender el evangelio contra los oponentes y falsificadores de la fe.

7- “y qué vindicación”:
Hacer lo necesario para restituir a aquellos a los que se hizo daño, y actuar en disciplina hacia aquellos que practicaban el pecado.

Sin duda 7 grandes frutos traídos en manos del quebrantamiento.
¡Cuantas veces no veremos estos frutos en personas, cuanta religión superficial practicaremos, simplemente porque nadie quiere arriesgarse a exhortar cuando es necesario!

Por tanto, amar a otros, a veces incluye añadir a nuestras relaciones este tipo de situaciones. Por eso Pablo agrega que su carta de exhortación demostraba “nuestra solicitud que tenemos por vosotros delante de Dios” (2 Corintios 7:12).


Luis Rodas


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