Mateo 5:10 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”.
Recordemos que la palabra griega para “bienaventurados” es “makários” y significa felices, benditos, bienaventurados, más favorecidos, los privilegiados que les irá bien.
¿Quiénes son estos “bienaventurados”, felices, benditos, más favorecidos, los privilegiados que les irá bien según Jesús?
“Bienaventurados los que padecen persecución”.
La persecución se refiere a seguir insistentemente, acosar a alguien. En este caso al que se refiere Jesús, es seguirlo insistentemente, acosarlo, perseguirlo, buscando encontrar la forma de dañarlo, y luego ejecutar ese daño.
Jesús está hablando de personas que sufren el ataque insistente de otros.
Jesús, lejos de prometer, que todos nos amarán, lejos de prometer buena reputación delante de todos, y una vida sin sufrimiento, está diciendo que aquellos que caminan genuina y cercanamente con Dios, sufrirán persecución de parte de otros.
Leemos claramente en el versículo que Jesús dice: “de ellos es el reino de los cielos”. O dicho de otro modo: “el reino de los cielos es de aquellos que sufren y sufrirán persecución”. Hay algo en ellos que provoca sentimientos y pensamientos tan fuertes en otros que llegan a buscar insistentemente su mal.
Se trata de “pobres en espíritu” que claman a Dios por una vida de comunión con EL, de vivir para EL, de hacer Su voluntad. Ellos claman a Dios y buscan una vida piadosa. Ellos tienen diariamente hambre y sed de justicia”. Y esto le causa a muchos un rechazo profundo. Odio, malestar, condenación. Se sienten acusados.
La consciencia de las personas es despertada por estos que quieren vivir vidas que agraden a Dios.
1 Pedro 4:3-5, en la Nueva Traducción Viviente, afirma:
“En el pasado, han tenido más que suficiente de las cosas perversas que les gusta hacer a los que no tienen a Dios: inmoralidad y pasiones sexuales, parrandas, borracheras, fiestas desenfrenadas y abominable adoración a ídolos.
No es de extrañarse que sus amigos de la vieja vida se sorprendan de que ustedes ya no participan en las cosas destructivas y descontroladas que ellos hacen. Por eso los calumnian, pero recuerden que ellos tendrán que enfrentarse con Dios, quien está listo para juzgar a todos, tanto a vivos como a muertos”.
NO TE SORPRENDAS DE QUE SE SORPRENDEN
El versículo 4 explica la razón por la que hay personas que llegan a odiarnos al punto de buscar nuestro mal: estas personas “se sorprenden de que ustedes ya no participan en las cosas destructivas y descontroladas que ellos hacen. Por eso los calumnian”.
Hay un extrañarse de que uno ya no viva como ellos. Es raro para ellos. Pero este extrañarse, sorprenderse, no queda en un simple preocuparse. Hay algo que llega a molestar de tal modo que pasa a al grado de persecución. Dice el versículo: “Por eso los calumnian”. “Os ultrajan” traduce la Reina Valera 1960.
No queda en extrañarse, sorprenderse, en pensar: “qué raro… ¿qué le pasó que ya no vive en pecado como nosotros?” NO.
Una vida que busca agradar a Dios empieza a molestar tanto que causa rechazo y agresión.
Ellos viven en rebelión contra Dios, y cuando les hablas de dejar el pecado, les molesta, sus consciencias empiezan a acusarlos. No quieren oírlo. Ni tampoco quieren verte vivirlo. Si no pueden evitar que seas cristiano, al menos les gustaría si en algún momento te equivocas, decirte: “ahhhh… el cristiano… el santo… ¿Y? ¿Dónde quedó tu santidad?”. Estaban esperando tu error.
Y lamentablemente esto también sucede en congregaciones cristianas. Cuando personas en una congregación están lejos de Dios están viviendo descuidadamente, se permiten formas de vida que Dios desaprueba. Al estar lejos de Dios les empieza a parecer lo mismo el pecado que la santidad, están más concentrados en distracciones del mundo que en buscar a Dios. En muchos casos no dejan de asistir a congregaciones y de realizar tareas en las congregaciones, pero han perdido hace rato su relación con Dios, han dejado hace mucho de intentar practicar lo que supuestamente creen. Personas que los domingos escuchan, cantan y dicen en un montón de cosas, que durante la semana no viven en absoluto.
Y de pronto… alguien viene a ser la gran molestia… Esa persona que sí quiere caminar con Dios y vivir aquellos que cree… Eso molesta… Hace sentir mal a aquel que lleva una doble vida… Y si a eso le añades que ese creyente que quiere agradar a Dios se atreve a querer ayudar al que está viviendo de cualquier manera… ahí comienzan los problemas serios…
Ellos no quieren ser exhortados… No quieren verse como los ve Dios…. No quieren oír que por la gracia de Dios se puede y se debe vivir piadosamente… Realmente les puede molestar… Ellos quieren pasar tiempo con personas que viven igual de descuidados que ellos… Personas que les confirmen que pueden mentir, adulterar, vivir para el mundo, quejarse, criticar, robar, y no pasa nada… Ellos aman oír predicaciones o leer libros que les hablen de una supuesta gracia donde no importa cómo vivas. Y si te atreves a poner en duda eso, estás en problemas.
Luis Rodas
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