¿Por qué muchas veces somos tan dedicados cuando se trata de un beneficio para nosotros y nos pesan las manos cuando lo que hacemos es SOLO para Dios?.
Hace unos años se congregaba con nosotros un joven que trabajaba en McDonalds. En pocos meses lo ascendieron como encargado por su esfuerzo y responsabilidad. Al punto que su jefe lo tenía como su encargado de confianza y él era el que aún apuraba y exhortaba a los encargados que lo habían contratado a él.
Lo increíble es que este mismo joven al salir de McDonalds sufría una metamorfosis impresionante... Cuando llegaba a la Iglesia era otra persona.
Para hacer algo con su mano derecha le tenía que pedir permiso a su mano izquierda y estas dos reunían al resto de los miembros del cuerpo para decidir si era apropiado moverse o no.
Y aun no se le podía confiar nada porque lo perdía seguro.
¿Qué pasaba? ¿Por qué la metamorfosis?
Hace unos días pasamos con Vero por un McDonalds que estaba lleno de gente. Y me paré un rato a ver como aquellos chicos que atendían corrían de un lado a otro como desesperados.
Una chica corría en busca de patatas fritas como si dependiera su vida de eso. Otro preparaba un helado con ojos desorbitados. Y los demás parecían preocupados como si el mundo fuera a terminar ese día y no querían que nadie se quedase sin su pedido antes de la catástrofe.
Llevo casi 2 décadas conociendo Iglesias. Jamás vi ni un 10% del esfuerzo, entrega y pasión que vi en ese McDonalds.
¿Por qué?
¿En la Iglesia no hay gente así con ese esfuerzo, entrega y pasión?
¿La gente que va a una Iglesia es más tranquila?
Bueno, el ejemplo que acabo de dar del joven que trabajaba en McDonalds demuestra que no es así.
¿Qué les da McDonalds que no les da la Iglesia?
O creo que mas bien la pregunta es: ¿Qué encuentran en McDonalds esos chicos que la gente que va a una Iglesia no encuentra en Dios?
¿McDonalds es más digno de esfuerzo, entrega y pasión que el Creador del universo?
Creo que hasta la pregunta es ridícula y ofensiva. ¿Cómo podemos comparar a McDonalds con el Creador del universo?
Pero sin embargo McDonalds genera más esfuerzo, entrega y pasión que Dios.
¿Qué pasa?
¿Qué encuentran esos chicos de McDonalds?
Motivación. ¿Cómo?
Su fundador Ray Krok ideó un sistema de entrenamiento y motivación con ascensos, premios, elogios, el empleado del mes, incentivación, competencia, y todo lo que al ego lo pueda motivar.
¿Qué da la Iglesia?
Solo a Dios
Es ridículo y ofensivo, ¿verdad?
Hago la pregunta otra vez: ¿Cómo podemos comparar a McDonalds con el Creador del universo?.
Pero el problema no está en que McDonalds tenga más virtudes que el Creador del universo.
El problema está en cuanto conocemos a Dios.
Un empresario rico que entrega su vida para correr su carrera de poder y dinero solo necesita mirar a su alrededor para ver los beneficios que obtiene con su esfuerzo.
Para encontrar más valor en Dios que en cualquier otra cosa se necesita una obra sobrenatural diaria.
Miremos un poco que impulsaba al apóstol Pablo:
Filipenses 3:7,8:
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”
Es sencillo: si no encuentro “excelencia” en el “conocimiento de Cristo Jesús” nunca lo voy a valorar a EL por encima de todo, por lo que nunca será una motivación mayor que McDonalds, por ejemplo.
No estamos hablando de sensaciones: “Ahora me siento bien con Dios y siento que le amo”.
Las sensaciones van y vienen y no podemos vivir de sensaciones.
Estamos hablando mas bien de como escribió Jonathan Edwards, “afectos santos” (“Los afectos religiosos”. Pag. 7), “los fervientes ejercicios del corazón” (“Los afectos religiosos”. Pag. 9).
No son sensaciones pasajeras, son realidades en el corazón del hombre que producen una vida de adoración práctica y diaria.
Un ejemplo perfecto para seguir, en este sentido, fue David:
1 Samuel 16:14 dice que por la desobediencia reiterada “el Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo”.
Por lo que le aconsejan a Saúl mandar a llamar a alguien que alabe a Dios con su arpa para encontrar alivio.
Uno de los criados había visto a David. Y miren cómo lo describe 1 Samuel 16:18:
“He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra...”.
“valiente” (“guibbor”): “esforzado, valentía, valeroso” (Strong)
“héroe, valiente” (Diccionario Chavez)
“vigoroso” (“kjáil”): “esforzado, guerrero, valiente” (Strong)
Así, con este fervor, valentía, esfuerzo, vigor, al ver que un filisteo llamado Goliat “provoca a los escuadrones de Israel” (1 Samuel 17:45), se lanza a la batalla, diciéndole:
“Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel...
Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron”.
(1 Samuel 17:46-51).
¿Cual era la clave de David?
Dios.
De los 150 salmos que tenemos en las Escrituras, David escribió, por lo menos, 73. Mira cómo ve a Dios en ellos:
“Escudo alrededor de mí”
“Mi gloria”
“El que levanta mi cabeza”
“Dios de mi justicia”
“tú me hiciste ensanchar”
“Rey mío”
“Dios mío”
“tú eres mi Señor”
“no hay bien para mí fuera de ti”
“Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa”
“fortaleza mía”
“roca mía”
“castillo mío”
“mi libertador”
“la fuerza de mi salvación”
“mi alto refugio”
“Altísimo”
“Dios es el que me ciñe de poder”
“redentor mío”
“Jehová es mi pastor, nada me faltará”
Etc, etc, etc.... David conocía a Dios y esto hacía que, como dice, en el Salmo 142:5, Dios fuera “su porción en la tierra de los vivientes”. Por esto en el Salmo 65:8 escribe: “tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde”.
El se sentía, como dice el Salmo 61:4, “seguro bajo la cubierta de sus alas”. Como escribió en el Salmo 18:18, Dios “fue su apoyo”. David cantaba gozoso a Dios, en el Salmo 16:2: “no hay bien para mí fuera de ti”.
Un creyente que cada día pone sus ojos en la “excelencia del conocimiento” de Dios, NUNCA SERÁ ALGUIEN QUE LE PESAN LAS MANOS PARA SERVIRLE.
Cualquiera que se deleita cada día en la hermosura de Dios valora a Dios por encima de TODO.
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