Una pasión por el Máximo Deleite



Dios no es como un hombre con baja autoestima que anda por el mundo queriendo mostrarle a los demás cuanto vale para sentirse importante.
John Piper: "Dios no es un matón inseguro al que le gusta mostrar su fuerza con orgullo dejando en el suelo a los débiles" ("Los deleites de Dios". Pag. 211). ¡NO!.

¿Entonces para qué lo creó todo para su gloria?
El primer sentido de esto tiene que ver con lo primero que vimos: ¡Dios es el fin justo, lógico y verdadero de todas las cosas!.
Pero tiene también otro aspecto:
Para entenderlo necesitamos entender qué quiere decir la Biblia con glorificar a Dios.
Charles Ryrie: “El glorificar es mostrar, desplegar o manifestar” (“Equilibrio en la vida cristiana”).

Cuando Dios se glorifica en algo es cuando muestra cómo es EL en alguna situación:
David, a través de una situación difícil, donde se sentía en un “pozo de desesperación”, oró: Salmo 40:1: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”. 
Y vio como Dios lo ayudaba y lo sacaba: Salmo 40:2: “Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”. 
Esto lo llevó a alabar a Dios: Salmo 40:3: “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios”. 
Y le permitió ver que su Dios es un Dios en el cual es bueno confiar y que es un Dios Justo y Santo: Salmo 40:3,4: “Verán esto muchos, y temerán,
y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza”. 
Esto lo maravilló y pudo deleitarse en EL: Salmo 40:5:
“Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados”. 

El mayor bien que te puede dar Dios no es una casa, un coche nuevo, dinero, un paraíso, ropa, viajes, ni aun el cielo mismo...
NO.
El mayor bien que te podía dar Dios es a EL mismo:
Salmo 16:5:  “Jehová es la porción de mi herencia”.
Salmo 73:25: “Fuera de ti nada deseo en la tierra”.

Por eso la mayor promesa de las Escrituras es que veremos “su rostro” (Apocalipsis 22:4), “entonces veremos cara a cara” (1 Corintios 13:12); “le veremos tal como EL es” (1 Juan 3:2); veremos “la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro” (Isaías 35:2), nuestros “ojos verán al Rey en su hermosura” (Isaías 33:17) y “será admirado” por nosotros (2 Tesalonicenses 1:10), “delante de sus ancianos será glorioso” (Isaías 24:23): “Dios mismo estará con ellos como su Dios” (Apocalipsis 21:3).
Salmo 17:15: 
"En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza".
“satisfecho” (“sabá”): “saciar, llenarse a satisfacción, tener abundancia” (Strong).

Pero, ¿cómo?... ¿Qué tipo de hermosura veremos en EL?
¿Qué tipo de hermosura hay en Dios?.

La hermosura de Dios está principalmente en cómo es EL.
Los atributos de Dios forman una belleza que no tiene comparación y que significan el máximo deleite al que puede aspirar cualquier ser.
Cada aspecto de cómo es Dios es un gozo y deleite incomparable.
No me refiero a que tenga pies hermosos con su forma de dedos perfecta.
Ni que sus cabellos caigan sobre su hombre tan perfectamente que parezcan dibujados.
¡NO!.

Cuando habla del deleite y gozo máximo al conocer a Dios, la Biblia se refiere a su forma de ser.
Su bondad, santidad, justicia, amor, paciencia, sabiduría, poder, misericordia, fidelidad, soberanía, grandeza, gracia, etc, etc, etc....
Todos los más admirables paisajes, las puestas de sol más sorprendentes, las bellezas más atrapantes y los gozos más sublimes, son solo una pequeña muestra de la hermosura incomparable del Creador.

No existe mayor tesoro que la misma personalidad de Dios. Y EL quiere que le conozcas en tu vida diaria para que sea tu deleite. 
Salmo 34:8: “Dichoso el hombre que confía en él” 

Por eso Dios obra en nuestra vida para hacer notorios ante nuestros ojos sus atributos: 
“Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. Reprendió al Mar Rojo y lo secó,
Y les hizo ir por el abismo como por un desierto”.
(Salmo 106:8,9)

El propósito principal no es que Dios supla nuestras necesidades.
Sino de que conozcamos al Dios que “suple todo lo que nos falta conforme a sus riquezas en gloria” (Filipenses 4:13).
El propósito principal no es que nos consuele de algún problema o dolor, EL podría haber evitado que suframos.
Sino que conozcamos el Dios que nos consuela en todas nuestras tribulaciones (2 Corintios 1:4)
El propósito principal no es que venzamos nuestras debilidades.
Sino que conozcamos a Aquel que “multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Isaías 40:29).
El propósito principal no es que recibamos lo que pedimos en oración.
Sino que conozcamos al Dios que es tan bueno que oye nuestras peticiones y responde con sabiduría altísima, y de esta manera lo amemos: Salmo 116:1: “Amo a Jehová, pues ha oído
    Mi voz y mis súplicas”. 
El propósito principal no es que encontremos un método para hacer crecer la Iglesia.
Sino que conozcamos al Dios que puede amar a los peores pecadores y salvarlos.
El propósito principal no es que nos transformemos en unos cabezones sabiondos de lo que dice la Biblia.
Sino que conozcamos al Dios de la Biblia: Juan 5:39: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”.
El permite en nuestra vida soledades, para que conozcamos que “consuela todas nuestras soledades y cambia el desierto en paraíso” (Isaías 51:3).
No para que te quejes y busques llenar el vacío con el primer o primera persona que encuentres y después te de más dolores de cabeza que los que tenías antes.
El nos da ministerios para que veamos, y todos vean, que Dios puede llamar a “necios, débiles, viles, menospreciados y los que no son” (1 Corintios 1:27,28), y hacer cosas que ningún hombre puede hacer: Salmo 86:10: “Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas;
Sólo tú eres Dios”. 
Todo en nuestra salvación es para hacer notorio a Dios: Efesios 2:4-7
Y de esta manera nos deleitamos en EL.

Esto concuerda con el hermoso Catecismo Menor de Westminster del siglo 17:
“Pregunta: ¿Cuál es el fin principal del hombre?
Respuesta: El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de él para siempre”.

Isaías 66:5: “El se mostrará para alegría vuestra”
1 Pedro 4:13 dice que el propósito es que “en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría”.

Por eso muchos creyentes andan frustrados y vacíos por ahí. Porque les han puesto la mirada en la codicia y eso, hermanos, los aparta de la fe: 1 Timoteo 6:6-10

¡Todo es un medio para conocer y deleitarse en ALGO MUCHO MÁS GRANDE: el Dador, el Proveedor, el Santo, el bendito Consolador, el Dios Sublime que lo llena todo en todo, Aquel que es Amor que excede a todo conocimiento.... DIOS...
Colosenses 2:10 dice: “vosotros estás completos EN EL”.
“completos” (“pleróo”): “colmado, lleno de, repleto, satisfecho, plenamente cubierto, saciado, desbordante” (“Compendio del Diccionario Teológico del NT” - Gerhard Kittel. Pag. 846).

Y mientras estamos en este mundo la voluntad de Dios es que “manifestemos en todo lugar el olor de su conocimiento” (2 Corintios 2:14).
La Iglesia se apasiona en cómo es su Dios y le dice al mundo: Isaías 55:1,2: "A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura".

Luis Rodas

1 comentarios:

  1. Gracias pastor por cada devocional, gloria a Dios por ello. Edificante y desafía cada área de mí vida. Ruego al Señor que siempre disfrute de hacerlo. Bendiciones y saludos desde Luque -Paraguay. Su hno, Anzony Villagra Casautt

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