18 Comprando aprobación - Serie: Cómo se vería una iglesia con gente lejos de Dios



Jesús afirmó que los escribas y fariseos vivían una falsa piedad. Supuestamente eran muy religiosos, pero en realidad sus vidas y enseñanzas no reflejaban en absoluto su fe. En realidad vivían lejos de Dios.
Todo lo que tenían era una religión con la que buscaban ganar estima, respeto, poder, entre las personas.
Todas sus practicas religiosas no eran hechas con el fin de adorar a Dios. ¡NO!
Simplemente usaban la religión para subir en la estima, consideración, respeto de los demás.
Los escribas y fariseos se mostraban como hombres justos, piadosos, con todas sus practicas religiosas. Pero toda esa supuesta justicia no era hecha para adorar a Dios. Sino para alabarse ellos mismos.
Para esto realizaban tres prácticas religiosas principales:
-la limosna
-la oración
-el ayuno
Estas practicas eran vistas como los "tres pilares del judaísmo" (Andreas Kostenberger - "The Cradle, the Cross and the Crown").

Y Jesús va a decir: “Todas sus prácticas religiosas están mal. No sólo por cómo las hacen. Sino principalmente por el porqué las hacen”.

Mateo 6:1 “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”.

¿Lo ven?
Jesús había dicho unos momentos antes que nuestra “justicia” debía ser “mayor que la de los escribas y fariseos” (Mateo 5:20). Y ahora dice: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos”.
Esta “justicia mayor” de la que hablaba Jesús incluía el porqué hago lo que hago.
No se trata sólo de buscar obedecer lo que Dios dice. Sino que aún debo tener cuidado de qué me motiva en mis prácticas de mi fe.

Los escribas y fariseos daban dinero para que los demás los vieran cuan justos eran. Por eso Jesús dice en Mateo 23:5:
“Hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres” (Mateo 23:5).
No buscaban adorar a Dios al dar una ofrenda en el templo o al ayudar al necesitado. Lo que buscaban era ganar respeto entre las personas.
Por eso Jesús dice que si esa es nuestra motivación, y los hombres nos empiezan a respetar por lo que les mostramos que hacemos, no esperemos recompensa de Dios. Porque buscábamos la recompensa de los hombres y ya la tenemos:
“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”.

Así Jesús agrega:
Mateo 6:2 “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa”.

Jesús usa el mal ejemplo de lo que llama “hipócritas en las sinagogas y en las calles” para enseñar sobre el verdadero caminar con Dios.
Y con “hipócritas en las sinagogas y en las calles” se sigue refiriendo principalmente a los escribas y fariseos. Por eso los llama 7 veces “escribas y fariseos hipócritas” en Mateo 23.
Ellos cumplían con la práctica religiosa de dar de su dinero, pero dice Jesús: “para ser alabados por los hombres”.
La gente podía pensar que eran personas que caminaban con Dios. Pero Jesús dice que no, que estaban lejos de Dios, y nos da una clara señal de una persona que puede asistir regularmente a una congregación pero está lejos de Dios: realiza todas sus prácticas religiosas para conseguir el respeto, estima, valoración de los demás.
Por eso Jesús les dijo en cierto momento: “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8).
Por fuera parecía que estaban en plena comunión con Dios, pero Dios, que ve en lo secreto, veía que estaban lejos de EL.

Por eso Jesús agrega:
Mateo 6:3,4 “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

La persona que está lejos de Dios busca saciar su necesidad de aprobación de diferentes maneras. Puede ser un deporte, puede ser una empresa, puede ser una profesión. O también puede ser una religión.
No se trata de una genuina relación con Dios, donde encontramos nuestro todo en EL, y buscamos vivir para adorarle a EL. Sino que usamos la religión como un medio de ser estimados logrando ascender en el respeto que los demás nos tienen por lo que hacemos o la posición que tenemos dentro de la congregación.

Esa es una buena explicación de por qué muchas veces no somos verdadera sal y luz en la sociedad en la que estamos. Toda nuestra religión no es más que la búsqueda de gloria, alabanza, estima, respeto, de unos a otros.
La persona que asiste a una congregación pero está lejos de Dios busca que los demás lo vean. La persona que genuinamente camina con Dios busca adorar a Dios con su vida. Y Dios hace que su vida en lo secreto tenga un efecto en lo público. Así su vida es sal y luz en otros.


Luis Rodas


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