Mateo 6:19:
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan”.
Aquí Jesús no está hablando contra el trabajar. 1 Timoteo 5:8 exhorta a que un hombre debe proveer para los suyos.
Aquí Jesús no está hablando de que no puedes disfrutar de algo que Dios te da. 1 Timoteo 4:3,4; 6:17 nos enseña que Dios nos da ciertas cosas para que las disfrutemos.
Aquí Jesús no se está refiriendo tanto a que esté prohibido hacer algún ahorro. Como enseña Proverbios 6:6-8 a veces puede ser necesario.
Al leer completo el pasaje junto con los pasajes paralelos en Lucas, vemos que Jesús se está refiriendo al eje central de una vida.
En aquella época sucedía lo mismo que hoy en día. El ser humano busca posesiones materiales porque espera de ellos placer, bienestar, poder y seguridad.
No es el dinero en sí lo que aman. Aman al dinero porque con él podrán comprar experiencias de placer y bienestar. Con él subirán en el respeto de los demás. Con él creen que podrán controlar las circunstancias de la vida hoy y en el futuro. Confían en el dinero como el dador de seguridad, comodidad, estabilidad, bienestar, respeto, posición, felicidad, control de las circunstancias de la vida hasta la muerte. Es supuestamente un matrimonio feliz hasta que la muerte los separe.
Como decía un amigo mío cuando yo no conocía a Cristo: “Es verdad, el dinero no hace la felicidad. La compra hecha”.
Por eso viven para conseguirlo, acrecentarlo y mantenerlo.
El mensaje de Jesús es bien claro, y confronta: “No os hagáis tesoros en la tierra”.
Los bienes materiales por los que podemos vivir confiando como la solución de nuestra vida, pueden perderse fácilmente.
Jesús dice:
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan”.
EL dice: "esos tesoros en la tierra son inciertos. Tú has puesto tu confianza en que las posesiones que consigues te darán todos los bienes que esperas. Y por eso vives. Pero esos tesoros en la tierra fallan”.
"No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan”.
Todo lo que podemos acumular aquí puede estropearse, perderse, consumirse y ser robado. Podemos vivir toda la vida para conseguir dinero, y no sólo podemos no conseguirlo jamás. No sólo nunca parece suficiente. No sólo promete mucho pero cumple muy poco. Sino que aún es un tesoro muy frágil. Este mundo, sin duda, no es un lugar seguro para hacer nuestro tesoro.
¡Cuanta gente dedica su vida para lograr cierta posición económica, y cuando uno creería que vivirá tranquilo, ahora sigue luchando de día y noche para no perder lo que logró!
Las riquezas son un amo que promete mucho pero cumple poco.
Aquí todo pasa, se deteriora, pierde valor o no tendrá ningún valor en la eternidad.
¡Vivir para acumular este tipo de tesoro, con ojos de eternidad, no tiene el menor sentido!
J.C. Ryle: "Un momento después de su muerte, el hombre ya no posee su propiedad" ("Lucas 11-24". Pag. 108).
Jesús dice en Lucas 12:21: “Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”.
Por eso Jesús agrega:
Mateo 6:20,21:
“20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Donde está lo que más valoramos, de eso esperamos nuestro bien deseado, anhelado, allí está nuestra confianza. De eso esperamos nuestro futuro seguro, comodidad, bienestar, felicidad, oportunidades, paz, gozo, respeto de otras personas, una profesión para nuestros hijos, etc...
"donde está nuestro tesoro, allí está también nuestro corazón”.
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