22 Ahogados en tesoros terrenales - Serie: Cómo se vería una iglesia con gente lejos de Dios



Jesús exhortó fuertemente acerca de que el bienestar de este mundo sea el valor central de nuestra vida (Mateo 6:19-21).
Lo que realmente más valoramos, es donde está puesta nuestra meta, nuestra mirada está ahí:
Mateo 6:22, 23 “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”

Lo que está diciendo Jesús, es que aquello que verdaderamente es nuestro tesoro (Mateo 6:19-21), va a atraer la mirada de nuestra vida. Nuestro enfoque, nuestra meta.
Y eso es lo que va a definir el estado de nuestra vida.
Si la mirada de nuestra vida está en buscar lo eterno nuestra vida va a reflejarlo:
“si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”.
Si la mirada de nuestra vida está en conseguir bienestar de este mundo, nuestra vida va a estar en tinieblas: “si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas”.

El problema con los escribas y fariseos era que justificaban su vida enfocada a conseguir bienestar de este mundo. Entre ellos, según el bienestar de vida que tenías, determinaba tu status social y espiritual.
Por eso Jesús les confronta en Lucas 16:14,15 diciéndoles que ellos presentan la codicia como algo sublime, mientras Dios lo ve como “abominación”.
Y aquí explica que si vivir dedicados a conseguir nuestro bienestar en este mundo lo podemos considerar bueno, y EL lo ve malo, ¿cuánto más malo será aquello que aún nosotros mismos sabemos que está mal?:
“Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”.

Por más que oremos, leamos la Biblia, asistamos cada domingo a una congregación cristiana, pero si el enfoque de nuestra vida es el conseguir el mayor bienestar posible en este mundo, estamos viviendo lejos de Dios y el fruto que tendremos será realmente malo.
Por eso Jesús asegura de forma simbólica: “La lámpara del cuerpo es ojo”.
Dicho de otro modo: “Donde apunta nuestra vida va a marcar si vivimos en luz o en tinieblas”.
“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

Donde está lo que más valoramos, eso es lo que buscamos, y eso es lo que vamos a conseguir.
Por eso el Supremo Consejero nos dice en Lucas 12:15:
“La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”.
Y en la “parábola del sembrador” Jesús se refiere al “el afán de este siglo y el engaño de las riquezas” como enemigos que ahogan la Palabra en el corazón y la “hace infructuosa” (Mateo 13:22).

El problema no son los bienes materiales en sí, sino “el afán de este siglo y el engaño de las riquezas”. Es una vida cuyo bien primordial es su bienestar en este mundo. ¿Qué es lo que más valoraban? Aquello en lo que tenían puesta su mirada, su meta, cada día. Y Jesús está diciendo: “Cuando tu mirada está puesta en tu bienestar en este mundo, tu vida espiritual se oscurece, se ahoga, se seca".


Luis Rodas


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