Como vimos en los anteriores artículos, Jesús desde el versículo 19, lo que está diciéndonos es: “olvídate de tu zona de confort. Ya no vivas para mantener o acrecentar tu zona de confort personal. Que ahora tus decisiones estén determinadas por lo eterno y no por qué beneficiará tu zona de confort. Renuncia a tu zona de confort, déjame el control a mí, y yo seré tu zona de confort”.
Por eso enseguida Jesús dirige su conclusión:
"Por tanto os digo"
¡Esta es la conclusión lógica de su mensaje al respecto!
Mateo 6:25-31 "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.
¿Lo ven?
Vivir dedicados a nuestra zona de confort es lo que hacen los gentiles (las personas que no conocen a Dios): “Porque los gentiles buscan todas estas cosas”.
Pero nosotros somos aquellos que dicen que creen que “nuestro Padre celestial” se ocupa de nuestras necesidades.
No se trata sólo de si asistimos a una congregación o no. Se trata de que ya no vivimos para nuestra zona de confort sino para lo eterno, y Dios mismo es nuestra zona de confort. Nosotros somos aquellos que creemos que es mejor que Dios tenga el control de nuestra vida que nosotros mismos.
¿Y a donde se enfoca la vida del verdadero creyente entonces?
En aquello que debe valorar por encima de todo.
Jesús responde:
Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Una palabra clave aquí es "buscar”. "Los gentiles BUSCAN todas estas cosas".
“BUSCAD primeramente el reino de Dios y su justicia”.
La palabra griega es "zetéo" (“preguntar por, preocuparse por, procurar, querer, requerir, buscar” - Strong).
Las personas de este mundo hacen "zetéo" en lo terrenal porque de lo terrenal esperan. Allí está su esperanza.
"los gentiles buscan todas estas cosas".
Pero los verdaderos creyentes en comunión con Dios hacen “zetéo” “primeramente en el reino de Dios y su justicia”.
Como escribió Agustín: “Al decir ‘Buscad primeramente’, Cristo pone claramente de manifiesto la diferencia entre medios y fines”.
No es que el creyente sólo se dedica a orar, leer la Palabra y extender el reino de Dios. Sino que Jesús utiliza el término aquí: “Buscad primeramente”.
Esto es como uno de esos compases que cuentan con dos extensiones. Una finaliza en una punta, y la otra en un lápiz. Uno apoya la punta en el centro y luego trabaja en base a ese centro.
Este “Buscad primeramente” de Jesús es como la punta de ese compás. El centro de la vida del creyente genuino está anclado en “el reino de Dios y su justicia”. Toda su vida gira en torno a ese centro. Absolutamente todo lo que hace gira alrededor de ese centro. Todo.
Yo he sentido la tentación una y mil veces de poner el centro de mi compás en aquello que pensaba en ese momento que me traería una mejor zona de confort o que me traería una zona de confort por el resto de mi vida. Pero cada vez la pregunta es clara: ¿vivo para mi zona de confort? ¿O vivo primeramente para el reino de Dios y su justicia y Dios encargará de mi zona de confort?
¿Las decisiones en mi vida las tomo en base a lo que creo que me dará una mejor zona de confort o mantendrá mi zona de confort? ¿O las decisiones en mi vida las tomo en base a lo que creo que Dios quiere?
¿Es el reino de Dios un reino al que yo también me someto? ¿O es un reino al que sigo cuando me parece que coincide con lo que yo quiero, pero cuando me parece que no coincide con mi zona de confort lo rechazo?
¿Jesús es mi Señor o divido mi lealtad como un siervo con dos amos: vivo para mi zona de confort mientras digo que Jesús es mi Señor?
¡Vaya mensaje el de Jesús!
Claro, enseguida hay más preguntas:
¿Pero qué va a ser de mí o de mi familia si cada vez que tengo que tomar una decisión pienso en lo que Dios quiere y no en lo que traerá una mejor zona de confort?
Jesús simplemente responde: “Suelta… Suelta el control… Suelta tu mañana y déjalo en mis manos”.
Mateo 6:34 "Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.
Sin lugar a dudas cuando te decides a tomar decisiones en base a lo que Dios quiere, y no a vivir tu mejor vida hoy, te sientes vulnerable… Es normal que por momentos te acose el temor.
Por eso cuando Jesús termina estas palabras, pero en Lucas 12, agrega: “No temáis, manada pequeña” (Lucas 12:32).
“Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (Mateo 6:32).
Luis Rodas
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