Sabia locura



“Predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Corintios 1:17,18).

 El imperio romano en sí, clasificaba a sus habitantes en dos clases esenciales usando el idioma latín:
1- los “potentes” o “firmus": los fuertes
2- los “inferiores” o “infirmus": los débiles

 Como explica Carl Toney, “el uso de ‘potentes’e‘inferiores’, y sus sinónimos, eran relacionados a cualquier posición en la jerarquía social.
El débil tenía un estatus social bajo” (“The Strong and Weak in Romans 14-15”. Pag. 44,45).
 Mark Reasoner dice que “descripciones de Roma están llenas con palabras para ‘fuerte’ y ‘débil’" (“The Strong and the Weak”. Pag. 51-54).
“Fuerte” y “débil” representaban lo que Max Weber (sociólogo alemán) definió en la sociedad en sí como “una específica, positiva o negativa, estimación social de honor” (“Class, Status, Party”. Pag. 187).

 El “débil” era aquel “mediocre” que no tenía la capacidad de ascender a un estatus social.
 Las cartas a los corintios son ataques directos de Pablo a las perspectivas invertidas de ellos con respecto a “fuertes” y “débiles”.
 Ellos consideraban “poder” a lo que en el reino de Dios es “debilidad”, y “debilidad” a lo que en el reino de Dios es “poder”.

 Esta es la razón por la que sus reuniones estaban llenas de “sabiduría de palabras” (1 Corintios 1:17), "excelencia de palabras” (1 Corintios 2:1), “palabras persuasivas de humana sabiduría” (1 Corintios 2:4).
 Buscaban desarrollar su gran oratoria en la Iglesia para que se los viera dentro del rango de “fuertes”, honorables.

 Pero Pablo, en otras palabras les dice: “Ustedes tienen los sentidos extraviados (2 Corintios 11:3). Su perspectiva está invertida (1 Corintios 4:10). Siguen viviendo bajo los valores de este mundo. Llaman:
  - poder a lo que es debilidad
  - debilidad a lo que es poder
  - sabiduría a lo que es necedad
  - necedad a lo que es sabiduría
  - honra a lo que es vergüenza
  - y vergüenza a lo que es honra”.

 A la predicación del evangelio la revestían de oratoria y filosofía griega para verse honorables. Pablo les dice: “tienen los sentidos invertidos. Queriendo añadirle poder a la predicación la hacen débil. Queriendo añadirle sabiduría la hacen necia. Queriendo añadirle honra la hacen vergonzosa”.

 Por eso, les enseña que él no predicó el evangelio añadiéndole elementos de este mundo ("con sabiduría de palabras”), porque esto es ridículo. Así lo único que hubiera ganado es añadirle necedad. Se haría "vana la cruz de Cristo”, no más sabia y honrosa (1 Corintios 1:17).
 Es como si les dijera: “Oh corintios. ¿No entienden? El evangelio ('la palabra de la cruz') es un mensaje vergonzoso y necio para la gente de este mundo ('es locura a los que se pierden'), pero porque ellos son necios (1 Corintios 3:19,20). Pero el evangelio en realidad es 'poder de Dios' para salvación (1 Corintios 1:18).
Si intentan evadir el rechazo del mundo lo único que logran es unirse más a él.

¿No pueden verlo? ‘Dios ha enloquecido la sabiduría de este mundo’ (1 Corintios 1:20). Ellos, porque lo que llaman ‘sabiduría’ en realidad es locura y necedad, ven las cosas al revés, y lo que a nosotros nos salva, lo perciben como un mensaje para locos. ¿Un salvador condenado a morir en la peor vergüenza de la crucifixión? Sin duda para los judíos es un escándalo (tropezadero’), y para los gentiles ‘locura’ (1 Corintios 1:23). Pero nosotros le damos gloria, porque ‘agradó a Dios salvar a los creyentes' por lo que los necios ven como ‘la locura de la predicación’ (1 Corintios 1:21).

Para el mundo, porque predicamos un mensaje así, somos ‘inferiores', ‘infirmus', ‘débiles', lo más bajo en la escala social. Pero ¿a quien le importa? Si en el reino de Dios somos ‘potentes', ‘firmus', ‘fuertes', porque ‘Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios’ (1 Corintios 1:24).

Lo que el mundo puede ver como ‘insensato de Dios, es más sabio que los hombres’ y lo que el mundo puede ver como ‘lo débil de Dios, es más fuerte que los hombres’ (1 Corintios 1:25).

¿Ustedes quieren ser ‘fuertes’ según Dios o según el mundo?
¿Ustedes quieren honra según Dios o según el mundo?
 ¿Y nosotros?


Luis Rodas


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