Adoración a Dios y obedecer a Dios van de la mano. Porque cuando estimo a Dios por encima de todo en todas las cosas, desestimo mis deseos y valoro por encima lo que Dios quiere que haga. ¡Esto es el todo del hombre!
En Esdras 10, Esdras exhorta al pueblo de Israel recién vuelto del cautiverio y le dice:
Esdras 10:11 "Ahora, pues, dad gloria a Jehová Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las mujeres extranjeras".
Una buena pregunta al respecto es: Quiero que así sea en mi vida, ¿cómo hago para que esto sea una realidad en mí?
La razón principal para estudiar la Biblia NO es: “Quiero saber bien la Biblia para que no me puedan estafar otra vez”.
Eso es síntoma de que estoy más concentrado en mí y MIS cosas que en Dios.
¡NO! Esa NO es la razón principal para estudiar la Biblia.
La razón principal para estudiar la Biblia es conocer a Dios y adorarle como EL quiere.
Entonces la pregunta es: ¿Cómo?
El requisito ineludible es haber nacido de nuevo.
Pero ¿luego?
Salmo 9:1,2 "Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.
Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo".
Estas “maravillas” a las que se refiere David son cierto aspecto de cómo es Dios.
David hablaba que el fin último de todo lo que Dios hace en su vida es “para que cuente yo todas tus alabanzas” (9:14).
David en este salmo se concentra en las “maravillas” de Dios. Dice: “Contaré todas tus maravillas”.
Y luego: “me alegraré y me regocijaré en ti”.
La palabra “contaré” (“safár”) significa “enumerar, contar” (Vine).
La primera vez que aparece en la Biblia es en Génesis 15:5.
David en este Salmo estaba ejercitando su mente en las “maravillas” de Dios, en sus “obras” (9:11), en cómo EL se da a conocer (9:16). Y esto lo llevaba a “me alegraré y me regocijaré en ti”, y a alabar a Dios con todo su corazón.
Lo que hacemos con nuestra mente influye en toda nuestra vida. ¿Qué llena nuestros pensamientos?
Proverbios hablando del hombre avaro dice que tengamos cuidado de él, porque aunque puede mostrarnos una apariencia amistosa, él es realmente acorde a como piensa.
El hombre es como piensa cada día. No importa como se muestre o qué diga que es. El es lo que piensa:
Proverbios 23:7 "Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.
Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo".
Esta palabra “pensamiento” (“shaár”) se puede traducir según el “Comentario Bíblico del Púlpito” como “estimar, calcular”.
Por lo que también se podría traducir algo así: “Según lo que él más estima en su corazón, tal es él”.
Las cosas que más estimamos llenan nuestra mente. Y cuanto más las pensamos, meditamos y gobiernan nuestros pensamientos, más van dando fruto en nuestras acciones y palabras.
Un ejemplo:
2 Samuel 13:1,2 "Aconteció después de esto, que teniendo Absalón hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón hijo de David.
Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna".
13:2: “angustiado”: “angustiar, estrechar” (Strong). Estaba oprimido, aplastado de tanto pensar en su media hermana.
2 Samuel 13:3,4 "Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre muy astuto. Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas enflaqueciendo así? ¿No me lo descubrirás a mí? Y Amnón le respondió: Yo amo a Tamar la hermana de Absalón mi hermano".
Su opresión mental llegaba a tal punto que enflaquecía.
2 Samuel 13:5 "Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile: Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare delante de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano".
Su mente lo concibió de tal manera que lo llevó a la acción:
2 Samuel 13:8-14 "Y fue Tamar a casa de su hermano Amnón, el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó, e hizo hojuelas delante de él y las coció.
Tomó luego la sartén, y las sacó delante de él; mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí a todos. Y todos salieron de allí.
Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.
Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo.
Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza.
Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti.
Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella".
El Salmo 36:4 habla de aquel que “medita maldad sobre su cama”.
Todos estos pensamientos lo van inflamando y la tentación se va haciendo más y más grande, hasta su consumación.
De la misma manera son las preocupaciones. Filipenses 4:6 nos manda: “Por nada estéis afanosos”.
Jesús dijo en Mateo 13:22 que “el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y la hacen infructuosa”.
Las preocupaciones de este mundo terminan dominando la mente y luego la conducta de la persona.
La persona lejos de Dios vive dominado por su mente carnal (Salmo 10:4).
Mientras que David dice todo lo contrario:
“Contaré todas tus maravillas”.
Y luego: “me alegraré y me regocijaré en ti” (Salmo 9:1,2).
“Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7).
La razón principal por la que Dios nos ha dado una mente es para que le conozcamos, nos deleitemos en cómo es él y le glorifiquemos conscientemente.
Para esto debemos ejercitar nuestra mente en EL.
Salmo 104:34 "Dulce será mi meditación en él;
Yo me regocijaré en Jehová".
¡La meditación en Dios es un deleite altísimo para los hijos de Dios!
Nuestra mente debe vivir maravillada por las perfecciones de Dios.
David dice. “Contaré todas tus maravillas”.
Y ya vimos que la palabra hebrea allí es “safár” (“contaré”). En el Salmo 40 la volvemos a encontrar: Salmo 40:5 "Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados".
Así somos llevados a decir como Jacob al recordar las bendiciones de Dios: “menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo” (Génesis 32:10).
Salmo 111:2 "Grandes son las obras de Jehová,
Buscadas de todos los que las quieren".
NTV: “¡Qué asombrosas son las obras del Señor! Todos los que se deleitan en EL deberían considerarlas”.
El pueblo de Israel tuvo graves problemas por no ser así. De ellos dice el Salmo 106:13: “Bien pronto olvidaron sus obras”.
¿Donde estaban las mentes de los judíos en el desierto? Anhelando Egipto: Números 11:4-6.
Y lo vuelve a decir en el Salmo 78:11.
Y agrega que esto los llevó al pecado: Salmo 78:17.
David era lo opuesto...
Mañana seguiremos profundizando un poco más...
Luis Rodas
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