La gloria de Dios produce adoración 2ª parte




Salmo 103:1,2 "Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios".

No nos deleitamos tanto en el hecho mismo o la cosa recibida, sino en la perfección de Dios que lo lleva a actuar así con nosotros. Por eso David dice:
Salmo 63:1-6 "Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,
Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
Como de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche".

Graham Kendrick: “La adoración es una respuesta que crecerá o se encogerá en proporción directa a cómo lo veamos” (“Lo que todo adorador debe saber”. Pag. 14).

Moisés con graves problemas con el pueblo de Israel le pide a Dios que le muestre su gloria (Exodo 33:18).
Dios cumple el pedido de Moisés y le revela parte de su carácter (Exodo 34:6,7).
¿Cual es la reacción de Moisés?:
Exodo 34:8 "Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró".

Cuando nuestras mentes y corazones se ocupan de ir conociendo la gloria de Dios, conociendo cómo es Dios, eso nos lleva a la adoración.

Jesús se encontró con una mujer samaritana y ella sacó un tema controversial entre judíos y samaritanos (Juan 4:20).
La mujer samaritana le habla de que “adorar” a Dios se hace en un lugar específico, a una hora específica y un día específico.
Pero Jesús le responde que no se trata de “DONDE” y “CUANDO” sino de UNA VIDA DE ADORACIÓN (Juan 4:21-24).
Jesús le explica que los hijos de Dios están llamados a ser “verdaderos adoradores”.
Ya no se trata de un ritual específico, en un lugar específico, a una hora y un día determinados.
Se trata de que todo lo que hacen los “verdaderos adoradores”, en cada momento de su vida, es adoración.
No es algo de domingo.
Los “verdaderos adoradores” adoran en “espíritu y en verdad”.
¿Qué es eso?

“espíritu”: es una adoración íntima, genuina, que proviene del interior del nacido de nuevo. A quien el Espíritu Santo le revela internamente quien es Dios y cuan digno es de adoración.
El Espíritu Santo testifica a nuestro espíritu (Romanos 8:15,16) y así clamamos “Abba Padre” (expresión altamente de intimidad y amor).

“verdad”: Jesús lo dijo claro al Padre: “Tu Palabra es verdad” (Juan 17:17). Su Palabra nos revela la gloria de Dios, sus perfecciones, quien es, cómo es, y nos maravillamos, nos regocijamos en EL. Lo atesoramos por encima de todo.
Y también nos enseña cómo adorarle. Qué hacer. Qué le agrada a EL y qué no. Cómo servirle.

Adoración en “espíritu y en verdad” se produce cuando el Espíritu Santo está revelando la gloria de Dios, sus maravillosas perfecciones, a nuestro interior, y cuando la verdad de Dios está inflamando nuestras mentes.

Las dos cosas van unidas.

John MacArthur: “La alabanza es la ebullición de un corazón ardiente” (“El Ministerio Pastoral”. Pag. 297).
Un ejemplo de esto lo vemos en el encuentro de Jesús con dos discípulos: Lucas 24:15,16
Jesús les empezó a hablar las Escrituras: Lucas 24:27
Hasta que le reconocieron: Lucas 24:31
Miren lo que dijeron luego:
Lucas 24:32 "Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?"
“ardía” (“kaío”): “incendiar, encender, arder” (Strong)

Filipenses 3:8: “Todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús” (NTV).

Conclusión
¿Queremos ser verdaderos adoradores? ¿Queremos vivir para adorar a Dios?
¿Cómo?
La pregunta es: ¿Qué llena nuestras mentes?
¿Pecado?: estaremos dando tumbos en el pecado
¿Preocupaciones?: viviremos bajo los peores enemigos: los imaginarios
¿La gloria de Dios, cómo es Dios, sus perfecciones?: vamos a estar llenos de adoración a Dios.

Recordemos: adorar a Dios es estimarlo por encima de todo en todas las cosas. Si nuestra mente vive meditando en Dios, en sus perfecciones, admirando cómo es nuestro Dios, confiada en su grandeza, fidelidad, amor, poder, etc... Vamos a estimar a Dios por encima de todo en todas las cosas.
¡Y eso, hermanos, es adorar a Dios!


Luis Rodas


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