El Salmo 8 confronta el orgullo humano.
Una de las razones por las que hay poca reverencia a Dios hoy en día, es porque en muchos púlpitos modernos se hace grandes a los hombres y pequeño a Dios.
Por momentos se dibuja a un dios que no es más que un hombre mejorado, que no inspira devoción ni reverencia a nadie.
Tiempos de “alabanza” que no son más que actos mágicos donde las personas reunidas creen estar tomando el territorio de Satanás. Ellos dicen estar quitándole al diablo lo que les robó.
Sus decretos, cancelaciones, embrujos, declaraciones, actos proféticos, y demás, les roba todo el tiempo que deberían estar concentrados en las proezas, maravillas y perfecciones de Dios.
Este Salmo contrasta, en su esencia, todo eso.
Dios no está queriendo mostrar la grandeza del hombre.
Por el contrario Dios eligió al hombre para mostrar que su gloria la puede despegar aun a través del hombre.
Salmo 8:1 "¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos".
En toda la creación, en la tierra y en el cielo, se ve la gloria de Dios.
Septuaginta: “Señor, Señor nuestro, ¡cuan admirable tu nombre en toda la tierra; porque se ha alzado tu magnificencia por sobre los cielos”.
“magnificencia”: “grandeza, gran dignidad” (Vine).
El gran propósito detrás de toda la creación es mostrar la gloria de Dios.
Algo ha tener en cuenta: “glorificar” a Dios no es aumentar su gloria, sino mostrar, desplegar sus virtudes.
La creación no aumenta la gloria de Dios. No puede de ninguna manera.
La creación despliega las multiformes virtudes del Creador.
El propósito detrás de la creación es hacer notorias las virtudes de Dios, de cómo es Dios.
Detrás de la esclavitud de Israel en Egipto y de su posterior liberación, estaba este propósito (Exodo 11:9; Exodo 14:17,18; Salmo 106:8-12).
El pueblo de Dios de todas las épocas fue llamado con este fin (Isaías 43:7; Isaías 60:21; Isaías 61:3).
Y en los evangelios vemos claramente que lo que impulsaba a Jesús primordialmente era la gloria de Su Padre (Juan 7:18)
Por esto oraba (Juan 12:28)
Y el Espíritu Santo trabaja todo el tiempo aquí en la tierra con el fin de glorificar a Jesús (Juan 16:14)
Nuestra salvación no se trata de una especie de bombero divino que apagó un fuego repentino. Nuestra salvación fue diseñada antes de la fundación del mundo con un propósito: Filipenses 2:9-11
Por esto los ángeles ante los pastores anuncian el nacimiento de Jesús y dicen: “Gloria a Dios en las alturas” (Lucas 2:14).
De la misma manera que la virtud del pintor se hace notoria en su pintura, así nuestras vidas, familias e Iglesias, son para mostrar “las virtudes de aquel que nos llamó” (1 Pedro 2:9).
No vivimos para nosotros mismos.
No vivimos para ayudar a un pobre dios que está esperando que esta generación se levante. ¡NO!
A.W. Tozer: “Nosotros lo solemos representar como un Padre muy ocupado, ansioso y algo frustrado... tratando de llevar a cabo su benevolente plan de traer la paz y la salvación al mundo...
El DIOS que ha tratado tanto y por tanto tiempo de salvarlos, y no ha podido por falta de apoyo.” (“El conocimiento del Dios Santo”. Pag. 41).
Ese no es el Dios de las Escrituras, ese es un dios tan débil y patético que no merece ser adorado.
“El plan de Dios no deja lugar para el orgullo humano. El plan de Dios le da a Dios mismo todo el crédito” (Pastor Paul Apple - “Notas de Romanos”).
Dios no se glorifica a sí mismo usando lo grandes que somos. Dios se glorifica a sí mismo en y con nosotros, usando muy débiles instrumentos.
“Dios se toma la libertad de usar medios débiles para grandes propósitos” (Richard Sibbes - “The complete works of”. Pag. 204-206).
Y esto es lo que nos enseña el resto del Salmo 8:
Salmo 8:2 "De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo".
En esta versión encontramos “de la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza”.
Pero Jesús en el templo de Jerusalén usó la versión griega que se usaba normalmente en el primer siglo: la Septuaginta (Mateo 21:14-16).
Por lo que podríamos leer este verso así: “De la boca de los niños y de los que maman, perfeccionaste la alabanza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo” (Salmo 8:2).
O dicho de otro modo: “Dios, te estás glorificando delante de tus enemigos, aun usando a los más pequeños, a los nada. Tú no necesitas a grandes seres para hacer esto”.
Esto concuerda perfectamente con 1 Corintios 1:26-31.
Esto concuerda con las palabras de Ana al nacer Samuel: 1 Samuel 2:3-5
Esto es muy parecido al momento en que el “espíritu (de María) se regocija en Dios” (Lucas 1:47) al estar embarazada de Jesús.
Ella dice:
Lucas 1:51-53 "Hizo proezas con su brazo;
Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
Quitó de los tronos a los poderosos,
Y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes,
Y a los ricos envió vacíos".
Por esto el Salmo continúa:
Salmo 8:3-4 "Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?"
Delante de los ángeles es una maravilla que Dios le haya dado al hombre la autoridad sobre la tierra y aun que a una porción de ellos los haga reinar, pronto, juntamente con Cristo.
Y no solo esto, sino que aun Cristo los llame “hermanos”. En Hebreos 2:11 dice que “no se avergüenza de llamarlos hermanos”.
Aun es una burla a Satanás: “¿Así que serás semejante al Altísimo (Isaías 14:14)? Mira a estos pequeñitos. Aun estos pequeñitos te vencen”.
Es el cumplimiento del Salmo 2: “El Señor se burlará de ellos” (2:4).
Mira lo que dice el resto del Salmo 8:5-8:
"Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar".
No se trata de cuanto potencial tiene el hombre, sino de cuan grande es Dios que aun puede glorificarse con estos pequeñitos: el hombre.
No volamos, y aun un mosquito lo hace.
No podemos respirar bajo el agua.
Comparado a muchos animales corremos muy lento.
Y aunque hemos inventado máquinas con las que volamos, por cada avión que se desploma por desperfectos técnicos, decimos: “Uyy... no somos nada”.
Que Dios se glorifique a través de una creación como el ser humano, esto, es motivo de gloria para Dios.
De tal manera que produjo uno de los grandes momentos de gozo en el Espíritu en Jesús:
Lucas 10:17-21 "Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó".
"se regocijó" ("agaliáo"): "propiamente saltar de gozo" (Strong), "regocijarse grandemente" (Vine).
"agradó" ("eudokía"): "satisfacción, deleite" (Strong)
Y así es como termina este Salmo que hoy vemos:
Salmo 8:9 "¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!"
Luis Rodas
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