LA COMUNIÓN ÍNTIMA CON DIOS Y NUESTROS PENSAMIENTOS (2 parte)



Ayer empezamos a estudiar un consejo del rey Salomón a su hijo en Proverbios 4:20-23, y vimos los tres primeros puntos.
1- Poner nuestra atención en lo que sí es bueno para anidar en el corazón: “Hijo mío, está atento a mis palabras” (4:20).

2- Parte de estos pensamientos del corazón vienen a través de lo que oímos: “inclina tu oído a mis razones” (4:20).

3- No basta sólo con pensamientos buenos y sabios ocasionales. Es una guerra para mirar todo lo que nos rodea conforme a ellos: “No se aparten de tus ojos”.

Hoy seguimos con este consejo:

"Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 
No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 
Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. 
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;  Porque de él mana la vida"
Proverbios 4:20-23.

Como he dicho, no basta con leer la Palabra. Es desarraigar pensamientos del mundo, Satanás y nuestra carne. Y plantar profunda y firmemente lo que la Biblia dice en cada detalle de la vida y con respecto a cada relación que practicamos en nuestro diario vivir.

4- Es necesario que el consejo de Dios se arraigue en el corazón y así de fruto (volvemos a Proverbios 4:21):
“guárdalas en medio de tu corazón”
“guárdalas” (“shamár” en hebreo): “guardar, proteger, cuidar, atesorar, preservar, velar, vigilar”  (Strong). Es el trabajo de un centinela, un vigía.
El enemigo va a atacar para destruir éste tesoro, el centinela debe estar alerta continuamente y pelear por mantener el tesoro.
¡Cuan importante es para esto la predicación de la Palabra de Dios en las reuniones de la Iglesia!
Es un momento vital para el cristiano. Donde las personas a las que Dios les encomendó esa tarea cumplen una parte del llamado de Dios a Jeremías:
Jeremías 1:10 "Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar".
Para esto el predicador “no milita según la carne”:
2 Corintios 10:3 "Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne".
No predicamos ideas y pareceres humanos:
2 Corintios 10:4 "porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas".
Usamos la poderosa Palabra de Dios. ¿Qué produce? Pues éste pasaje dice:
2 Corintios 10:4,5 "porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo".

Y por esto es tan importante los cultos familiares que estamos teniendo junto con nuestra familia y todo lo que podamos enseñarle a nuestros hijos cada día. Estamos trabajando para, como Jeremías, “arrancar, destruir, arruinar, derribar” los pensamientos de éste mundo, para “edificar y plantar” los pensamientos que los pueden hacer sabios para vida:
Deuteronomio 6:6-9 "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas".

Cuando somos negligentes en “hablar de estas cosas estando en nuestra casa” (Deuteronomio 6:7) es porque nuestra carne nos está ganando y porque no entendemos la importancia vital, esencial, primordial, que tiene en la vida de nuestra familia.
Si la Palabra de Dios toma dominio en el corazón de una persona, su vida entera va a manifestarlo. Nosotros no podemos hacer que tome dominio. Pero como alguna vez escribió el sabio Charles Spurgeon citando Jeremías 31:33: “El método divino es poner la ley en la mente, y luego escribirla en el corazón” (citado por J. MacArthur en “El Ministerio Pastoral”. Pag. 314).
Si entendemos la importancia de esto en nuestros hijos nos vamos a ver impulsados a poner la ley en su mente y oraremos de todo corazón para que Dios la escriba en su corazón.

5- ¿El resultado de todo esto?:
Proverbios 4:22 “Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo”.

6- Por eso la conclusión final:
Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.
Más que todo lo que consideres importante para cuidar, guarda tu corazón. Cuidado lo que dejes entrar ahí. Eso determinará completamente lo que piensas, sientes, hablas, amas, menosprecias y haces.

Y recuerda:
Dios se relaciona con tu corazón. Lo que hay en tu corazón eres realmente tú.
Trabaja en tu corazón para caminar diaria e íntimamente con Dios.
Jeremiah Burroughs: “Guarda tu corazón con toda diligencia, porque es con tu alma que Dios se relaciona.
Mantente ocupado en el hombre interior, esa es la esfera de un cristiano.
Si el corazón se mantiene en el marco correcto, el hombre exterior estará bien también” (“To Walking of God”. Pag. 323,324).


Luis Rodas


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