Estamos en la recta final de esta serie basada en el Salmo 15.
Y antes de ver la última respuesta de Dios a la pregunta de David en el verso 5, quiero que hagamos un repaso de como permanecer en comunión intima con Dios según Dios mismo.
Vamos a armar un día de un cristiano genuino que permanece en todo su día en comunión íntima con Dios según lo que hemos visto hasta ahora.
COMIENZO CON DIOS
Vimos que lo primero que debemos hacer en el día es estar a solas con Dios.
En el verso 2 vimos que Dios nos habla del que “HACE justicia”
“justicia” (“tsédeq”): es una palabra sencilla que se refiere a algo “recto, justo”, rectitud (“Brown-Driver-Briggs” - H6664).
Pero es muy interesante el verbo que aparece aquí: “HACE justicia” (“paál”): “hacer sistemática y habitualmente” (Strong - H6466).
Por lo que entendimos esta frase del Salmo 15:2 como “aquel que tiene hábitos de rectitud”. “Que practica hábitos rectos y justos”.
Por esto la NVI, la Traducción de Lenguaje Actual y la Reina Valera Contemporánea traducen: “que practica la justicia”.
Es una práctica, un hábito formado en la persona.
Necesitamos el gran hábito de comenzar nuestro día pensando en Dios y Su Palabra.
Antes de ocuparnos de cualquier otra cosa, antes que las otras responsabilidades, antes que las preocupaciones llenen nuestras mentes, es necesario pasar tiempo en quietud con Dios:
Salmo 119:147 "Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra".
Aquí habla de dos cosas:
1- “clamé”
2- “esperé en tu Palabra”
La oración y la Palabra de Dios.
Aquí nos habla de la practica de comenzar el día con Dios.
Luego de pedirle humildemente al Señor ayuda para ese tiempo devocional ante EL, leemos algún pasaje bíblico.
Para esto es importante saber que no se trata de acumulación de versículos. “Si leo 10 me va a ayudar. Si leo 100 me va a ayudar muchísimo más. Y ni hablar si leo 1000”.
¡NO! NO funciona así.
Leemos, pensamos, buscamos comprender lo más profundamente posible lo que Dios habla en ese pasaje, nos examinamos ante él, lo aplicamos a nuestra vida.
Necesitamos morder suave y lentamente ese pan, y digerirlo cuidadosamente. Allí hay muchísimo más de lo que uno puede descubrir al comerlo apurado y neciamente:
Salmo 119:48 "Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé,
Y meditaré en tus estatutos" (Salmo 119:14,15,23,78,97).
¿Qué leer?
Puede ser un plan de lectura de la Biblia en un año. Para mí lo más aconsejable es leer la Biblia de principio a fin lleve el tiempo que lleve. ¡Eso tiene una riqueza indescriptible! Así uno entiende muchas verdades, historias, principios y mandatos que de otra manera no.
No se trata de una carrera a la que debo llegar rápido a la meta: tener la Biblia en cierto período. ¡NO! Sino que más bien la meta es mantenerme año tras año fiel en el proceso de leer las Escrituras cada día.
¿Un devocional?
Es bueno y muy útil.
Puedes pasar un tiempo en la Palabra y luego lees el devocional de ese día.
Luego del tiempo de lectura es bueno orar por lo que leímos.
Por ejemplo: si leíste sobre el hacer bien a otros, puedes orar:
1- que Dios te presente situaciones en el día para hacer bien a otros.
2- que Dios te haga “SABIO para el bien” (Romanos 16:19).
3- que Dios guíe a tu familia y hermanos en la fe para que en el día de hoy hagan bien a otros.
4- que nuestro Padre que está en los cielos sea glorificado hoy en todo este hacer bien (Mateo 5:16)
No ores “vanas repeticiones” como dijo Jesús en Mateo 6:7.
No digas siempre lo mismo como loro sin creer en lo que pides y sin esperar respuesta a lo que pides.
Hace poco pedí por algo para ese día. Cuando sucedió lo que pedí mi primera respuesta en mi mente fue: “Bueno, tampoco Dios va a hacer esto que hizo por mi oración”.
Parecía un pensamiento humilde. Pero en realidad era falta de fe.
Si cuando oramos por algo, eso sucede, y no creemos que es la respuesta a nuestra oración, ¿para qué oramos?
No se trata de que Dios responde por nuestras grandes oraciones. ¡NO! Nuestras pequeñas oraciones son escuchadas por un GRAN DIOS:
Salmo 34:6 "Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias".
La virtud está en Dios.
El más pobre y pequeño de los santos, cuando está de rodillas, es infinitamente poderoso porque Dios oye las oraciones que hace según Su voluntad.
No torcemos la mano de Dios con nuestras palabras persuasivas en la oración. ¡NO!
Simplemente, Dios pudiendo obrar sin nosotros, determinó, en Su soberanía, obrar cuando pedimos según Su voluntad.
Por eso, vuelvo a decir: no son nuestras grandes oraciones. Son las oraciones del pobre y pequeño delante de un Dios SUBLIME:
Santiago 5:16-18 "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto".
Charles Spurgeon: “El que se apresura a ir a sus negocios desde su cama y no espera para adorar es tan insensato como el que se lanza a la batalla sin armas o armadura” (“El Tesoro de David”. Pag. 336).
Y cuando ores, cree.
Principalmente ora:
1- por cosas de ese día. El maná en el pueblo de Israel era para cada día. No les servía el día siguiente. Enfrenta cada día como una batalla. Jesús dijo: “No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34)
2- ora por cosas específicas.
Dios no necesita muchas explicaciones. El conoce la palabra antes de que salga de nuestra boca (Salmo 139:4). Pero al orar por cosas específicas podemos ver claramente las respuestas al final del día y adorar a Dios llenos de gratitud y amor.
Antes de orar piensa en las cosas específicas que ya sabes que tienes que enfrentar ese día y que tu familia directa y tu familia en la fe tienen que enfrentar ese día y ora específicamente.
Como Jesús: Lucas 22:31 dice que Jesús sabía que Satanás había solicitado a Dios zarandear a los discípulos. Pero Jesús le dice a Pedro: “yo he rogado por ti, que tu fe no falte”.
Era una situación concreta que iban a vivir ese mismo día. Y Jesús había orado por Pedro específicamente.
Ora de tal manera que cuando Dios responda tu conciencia sepa ciertísimamente que le debes eso al Dios al que oraste. Y que eso te lleve a encontrar más gozo en Dios y a amarlo más:
Salmo 116:1 "Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas".
Y esto lo alienta más a poner todas sus cargas en Dios:
Salmo 116:2 "Porque ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en todos mis días".
Si oras por todo, creyendo y esperando la respuesta, al verlo te deleitarás en las grandezas de Dios a cada paso.
Ora y espera resultados:
Proverbios 3:6 "Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas".
Salmo 37:23 "Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino".
Mañana continuamos...
Luis Rodas
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