La comunión íntima con Dios en el día del piadoso - 2ª parte



CAMINA CON DIOS
Henry Scudder (1585-1652):
“Luego de comenzar el día en oración… anhelando que Su presencia esté contigo y por ti ese día… luego… debes conscientemente aplicarte a los quehaceres de ese día, ya sean prácticas piadosas que debes hacer en ese momento, deberes de tu llamado personal, o las tareas que son tu responsabilidad diaria, sea cual sea tu lugar en tu familia, Iglesia y ocupación; HAZLO TODO COMO DELANTE DE DIOS” (“The Christian’s Daily Walk”).

Puedes orar 2 horas, luego leer la Biblia 3, salir de tu casa escuchando predicaciones, pero si, por ejemplo, tu boca está llena de quejas, murmuraciones y criticas a otros… es como si pusieras mucha agua en un balde roto.
Vienes a la reunión, cantas canciones de adoración, escuchas la predicación y en el momento de la reunión tienes grandes pensamientos acerca de Dios y quieres vivir solo para EL, buscarle, servirle y adorarle en todo. Pero cruzas esa puerta y apenas una o dos horas después todo se desvaneció…. ¿Qué pasó?…
En este Salmo 15 vimos que Dios dice que para permanecer en comunión intima con EL necesitamos una conducta piadosa:
Salmo 15:2-5 "El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua,
Ni hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su vecino.
Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
Quien su dinero no dio a usura,
Ni contra el inocente admitió cohecho.
El que hace estas cosas, no resbalará jamás".

Aquí nos habla del diario vivir del creyente:
Jeremías 2:13 "Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua".

Como dijimos al principio, podemos orar 2 horas, luego leer la Biblia 3, salir de nuestra casa escuchando predicaciones, pero si nuestra boca es una fuente amarga, o nuestros ojos miran lo que no debemos mirar, o si nos la pasamos enojándonos…. somos como “cisternas rotas que no retienen agua”.
No importa cuanta agua entre… saldrá rápidamente…
Participarás en mil cultos, oirás miles de predicaciones, leerás cientos de libros… pero tu “cisterna rota no retendrá agua” y parecerá como si el Espíritu Santo nunca hubiera llegado a tu vida. En algún momento especial parecerá como si cambiaras y tuvieras un despertar…. pero pronto eso va a quedar en la nada… volverás al mismo lugar de antes, con las mismas conductas, los mismos ídolos, las mismas distracciones y tentaciones, y las determinaciones de buscar a Dios y orar y estudiar más la Palabra quedarán en la nada… como siempre…. Y el carácter…. ese viejo enemigo que te avergüenza de tanto en tanto… ahí estará…. siempre asediante….

¿Por qué?
Porque aun si estás frente a litros y litros de la “fuente de agua viva” pero le das rienda suelta a cosas cotidianas que Dios aborrece como la falta de integridad, el doble animo, la critica, el egoísmo, el tener comunión con incrédulos, el amor a este mundo, etc, etc…. todo se pierde en una “cisterna rota que no retiene agua”.

Para esto un enorme y fundamental consejo tiene que ver con un vigía que nunca debe dormirse:
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).
¡Lo que dejamos entrar a nuestro corazón es decisivo! No sólo "de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34), sino que del corazón “mana la vida”.

Es MUY necesario entender la vida cotidiana como un medio para servir a Dios, conocerle, glorificarle y deleitarnos en EL.
Debemos hacer todas nuestras tareas cotidianas, vivir nuestra vida cotidiana, todo lo que Dios ponga delante nuestro cada día, caminando con EL.

TERMINAR EL DÍA CON DIOS
Al terminar el día es muy provechosa otro hábito piadoso:
Salmo 63:4-6 "Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
Como de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche".

Aquí podemos ver básicamente 3 cosas:
1- ¿Qué hacía David?:
Salmo 63:4 "Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos".
David se tomaba tiempo de reconocer los atributos de Dios y lo adoraba al “ver su poder y su gloria” (63:2).
2- ¿Cual era el resultado en su propia vida?:
Salmo 63:5 "Como de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca".
Plenitud, gratitud, gozo y una boca llena de alabanza.
3- ¿Cuando lo hacía?: en el verso 1 vemos que a la mañana.
Pero también a la noche (Salmo 63:5,6).

Salmo 119:55 “Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová”.
Es bueno tomarse el tiempo para pensar conscientemente en toda la fidelidad de Dios durante el día: Salmo 92:2 "Anunciar por la mañana tu misericordia,
Y tu fidelidad cada noche".
De cuantas cosas nos libra el Señor cada día. Cuanto podría haber sucedido y el Señor nos guardó.
1 Samuel 2:9: “EL guarda los pies de sus santos” (lo mismo en Proverbios 3:26).
Al reconocer de forma consciente las misericordias de Dios nuestro corazón se llena de gratitud y alabanza.
El salmista dice en el Salmo 42:8:
“De día mandará Jehová su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo”.
Salmo 149:5 "Regocíjense los santos por su gloria,
Y canten aun sobre sus camas".

Y luego podemos analizar un poco como hemos vivido ese día. Si hemos pecado, nos ponemos a cuenta con el Señor si no lo hemos hecho antes.
Como muy bien escribió Richard Baxter (pastor puritano del siglo 17): “Esto es necesario para que puedas renovar tu arrepentimiento lo mismo que tu resolución de obedecer, y para que puedas examinarte a ti mismo para ver si tu alma se hizo mejor o peor, si el pecado ha bajado y la gracia ha subido y si estás mejor preparados para el sufrimiento, la muerte y la eternidad” (“Cómo pasar el día con Dios”).
Salmo 17:3 nos habla de como el Señor nos ayuda en esa auto-examinación: “Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche”.
Y en el Salmo 16:7:
“Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia”.

CONCLUSIÓN
Así veremos como se cumple en nosotros el Salmo 4:8:
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré”.
Proverbios 3:24 “Cuando te acuestes no tendrás temor,
sino que te acostarás, y tu sueño será grato”.

De esta manera encontraremos que Dios alegra nuestros días por completo:
Salmo 65:8 "Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde".

Así Dios es la alegría y gozo de nuestro diario vivir:
Salmo 43:4 "Entraré al altar de Dios,
Al Dios de mi alegría y de mi gozo;
Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío".

Y es nuestra fuerza en cada batalla diaria que El permite:
Salmo 43:5 "¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?

Y damos fruto a tiempo como aquel del Salmo 1 que medita en la Palabra de Dios “de día y de noche”:
“en la ley de Jehová está su delicia,
en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo” (Salmo 1:2,3).

¿Nos cuesta?
Lo que necesitamos es luchar en las fuerzas del Señor para que los malos hábitos del viejo hombre vayan menguando y la gracia del Señor en nosotros siga creciendo.
Leamos nuevamente por favor las palabras de Pedro que leímos en esta serie de estudios:
2 Pedro 3:18 "Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén".


Luis Rodas


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