LA COMUNION INTIMA CON DIOS EN LAS TAREAS COTIDIANAS - 2ª parte



Continuamos con el Salmo 15.
Salmo 15:4,5 "Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
15:5 Quien su dinero no dio a usura,
Ni contra el inocente admitió cohecho.
El que hace estas cosas, no resbalará jamás".

Estamos viendo que aquí Dios rompe con una idea equivocada de que podemos dividir nuestro cristianismo en
- tiempo con Dios
- vida cotidiana

Un ejemplo de esto lo encontramos en las palabras de Juan el Bautista.
Juan el Bautista en el desierto comenzó a hablar de arrepentimiento a la multitud:
Lucas 3:7-9 "Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 
Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego".

La multitud le preguntó qué debían hacer:
Lucas 3:10 "Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos?"

¿Responderá Juan el Bautista diciéndoles que deben irse a vivir a una montaña alejada y vivir orando y estudiando las Escrituras?
Aunque sin lugar a dudas debemos orar y estudiar seriamente las Escrituras, Juan el Bautista responde con cosas muy prácticas y diarias:
Lucas 3:11 "Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo" (habla de pensar en las necesidades de las personas que nos rodean).

Allí también estaban los publicanos. Los publicanos eran recaudadores corruptos de impuestos que le pedían a la gente más de lo que debían pagar:
Lucas 3:12,13 "Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? 
El les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado".
NTV: “No recauden más impuestos de lo que el gobierno requiere”.

Ahí también había soldados que cumplían las mismas tareas que un policía hoy:
Lucas 3:14 "También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario".
NTV: “No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario”.
¡Cuanta corrupción encontramos hoy en una buena parte de la policía!.
Cuanto una sociedad necesita una policía que no reciba sobornos, ni se mezcle de ninguna manera con lo que deben combatir.

Juan el Bautista, guiado por el Espíritu de Dios, le enseña a la multitud que si quieren caminar con Dios deben agradar a Dios en su vida cotidiana.

Hay dos formas de hacer las tareas cotidianas. ¡Sólo dos!:
1- de forma mundana
2- caminando con Dios

DE FORMA MUNDANA
Salmo 10:4 "El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
No hay Dios en ninguno de sus pensamientos".
¿Como puedo vivir mi vida cotidiana de forma mundana?
Aquí dice: “no hay Dios en ninguno de sus pensamientos”.
Esta es la persona que no vive su vida cotidiana caminando con Dios.
La persona del mundo saca a Dios de toda su vida.
Pero el creyente puede que tenga algunos momentos que considera espirituales (orar, leer la Palabra, congregarse, etc), pero cuando el hombre va al trabajo; la mujer cría a sus hijos, hace la comida, etc; cuando el estudiante está en el colegio o la facultad; cuando la familia se reúne……. ay… Dios quedó afuera….
Como si uno entró en la parte carnal y mundana de la vida y Dios está en otro lado…. EL está ocupado donde están los que se están ocupando de las cosas espirituales.
EL nos está esperando en nuestra habitación para orar y leer la Palabra.
EL nos está esperando en las misiones para que le prediquemos a los que nunca oyeron el evangelio.

Lo terrible de esta forma de ver la vida cotidiana es que uno vive en la vida cotidiana.
Así las horas al salir del trabajo pasan volando, los fines de semana se desvanecen y las vacaciones son como segundos.
Por ejemplo, con respecto al trabajo, la mayoría de los hombres de esta congregación participan en una reunión de domingo unas 150 horas al año. Pero trabajan más de 2000 horas al año.
¿Qué hacemos ante eso?
En el caso que recién leímos de Juan el Bautista, él ante la pregunta de los publicanos y los soldados de como debían vivir ahora, no les dice: “dejen de trabajar, no pierdan el tiempo, busquen a Dios”. ¡NO!
Sino que la respuesta es: “agraden a Dios en su vida cotidiana”.
Lo mismo lo encontramos en este salmo 15.

Continuaremos con esto mañana.


Luis Rodas


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