21 Herederos del reino - Reflexiones acerca de la Navidad



Dios había anunciado que delante del Rey prometido, vendría un mensajero (Isaías 40:1-5; Malaquías 3:1; 4:5,6). Este fue Juan el Bautista (Mateo 3). Y esta fue la predicación del mensajero: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2).
Luego vino el Rey prometido y miren lo que pasó:
Marcos 1:14 “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios”.
Jesús predicaba “el evangelio del reino de Dios”.
¿Y qué contenía este “evangelio del reino de Dios”?
Marcos 1:15 “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”.

Aquí se está apuntando a las buenas nuevas, el evangelio de que el Cristo traería el reino de Dios. El reino celestial que debemos anhelar y pedir en nuestras oraciones según Jesús (Mateo 6:10).

Así, cuando Jesús resucitó pasó 40 días con sus apóstoles hablandoles de esto:
Hechos 1:3 “… Después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”.

El reino de Dios en la tierra es la parte central del Cristo. Por esto era una gran preocupación en los apóstoles:
Hechos 1:6 “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”.
Pregunta que Jesús no rechaza como equivocada, sino que simplemente responde que el tiempo en que las promesas de Dios acerca del reino se cumplan en su totalidad está en la “sola potestad” del Padre.

¡El reino de Dios en la tierra es la esperanza vital del pueblo de Dios! En el cual no sólo serán vencidos todos los poderes enemigos (1 Corintios 15:25,26), será establecida la justicia (Mateo 6:33), y el pueblo de Dios será consolado por completo (Apocalipsis 21:3,4); sino que el hombre reinará como fue el plan original de Dios con él.
Jesús, nuestro Rey, compartirá su herencia con nosotros los coherederos en Cristo!
Romanos 8:17 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”.
(Algo muy similar lo afirma Gálatas 4:7).

Ahora esperamos el cumplimiento de "la promesa de la herencia eterna” (Hebreos 9:15). Por esto el apóstol Pedro habla de que “el Dios y Padre… nos hizo renacer para una esperanza viva… para una herencia… reservada en los cielos” (1 Pedro 1:3,4). Y Colosenses 1:5 habla de “la esperanza que nos está guardada en los cielos”. Es el cumplimiento total y final de la “bendición en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3), es “la esperanza bienaventurada” (Tito 2:13).
Así Jesús nos anticipó que cuando lleguemos delante de EL, sus palabras serán: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34).
Así Pablo le escribe a aquellos corintios que se dividían por cosas absolutamente menores: "todo es vuestro… sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios” (1 Corintios 3:21-23).
Por esto John MacArthur dice: “Puesto que hemos sido hechos coherederos con Cristo, contamos con la posesión garantizada de todas las cosas que EL posee” (“Efesios”. Pag. 51).


Luis Rodas


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