Paz mientras la mayoría desespera



“Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados” (Filipenses 4:1).

Aquí hay una exhortación vital en la vida de la Iglesia: "estad firmes".

Esto nos habla de luchas, conflictos, batallas, dificultades, angustias, momentos en que a nuestros ojos hemos sido derrotados, circunstancias contrarias a lo que esperábamos, traiciones, personas que nos defraudan, problemas económicos, soledades, enfermedades...
Y aquí, en todo eso, la exhortación es clara: "hermanos míos amados... estad firmes".
"Ellos son amonestados a continuar inquebrantables, como un soldado que permanece firmemente en la batalla" (Peter O'Brien - "The Epistle to the Philippians").

El apóstol Pablo está diciendo: "mantenganse constantes, perseverando, sin claudicar, sin doblegarse, continuen confiando, batallando hasta alcanzar las promesas de Dios".
Mucha gente que no conoce a Dios, dice: "Si Dios existiera no habría sufrimiento".

Ellos piensan que las Escrituras afirman algo como: "Yo soy el Todopoderoso, si me ignoras vas a sufrir; pero si me buscas a mí, yo voy a hacer que toda tu vida sea perfecta en este mundo y que ya no sufras más ningún revés".
Estas palabras no son más que producto de la imaginación.
La realidad es que el sufrimiento es una prueba más de que la Biblia es verdad.

La Palabra de Dios no sólo describe a un mundo presente en turbación y dolor (Génesis 3:15-19; Eclesiastés 1 y 2), sino que clarifica con lujo de detalles las razones de esto para que el hombre pueda tener un panorama amplio del tiempo que está viviendo.

¿Enfrentas alguna aflicción?
NO te sorprendas (1 Pedro 4:12,13), deja de esperar que Dios no cumpla sus planes presentes en este mundo. EL ha determinado que las consecuencias de la rebelión humana permanezcan aún (Romanos 8:18-23). ¡Esto sucederá hasta que el Señor vuelva (2 Tesalonicenses 1:3-7)!

Por esto Pablo no escribe: "oren para que no sufran en nada".
Sino, sabiendo de las tentaciones y males de este mundo, exhorta: "estad firmes".

¿Cómo?
Presta atención a la exhortación completa: "Estad firmes EN EL SEÑOR, amados".
"En el Señor" es decisivo.
No en la confianza de que podrás. No repitiéndote: "yo puedo. Esta prueba no podrá conmigo".
¡NO!
"Estad firmes EN EL SEÑOR".

Aprende, ejercita, el pasar las tormentas aferrado a las fuerzas de Dios, firme en el Señor... Y experimentaras algo fuera de lo común: tendrás paz mientras la mayoría desespera.
El pasaje mismo trae el resultado: "y la paz de Dios... guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos" (Filipenses 4:7).

Gracias mi Dios: "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado" (Isaías 26:3).


Luis Rodas


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