Zacarías había orado por tener un hijo. Por el fin de la vergüenza de su familia. Y ahora Dios responde su oración.
Y le dice por medio del ángel:
“Tendrás gozo y alegría” (Lucas 1:14).
Vendría un gran tiempo glorioso para Zacarías y su esposa. Dios le confiaría ni más ni menos que a Juan el Bautista como su hijo.
Pero Zacarías como que no puede levantar su mirada más allá de 2 metros de la tierra. Parece como que se lo intenta imaginar, pero no puede quitar de su mente su lista de 3.349.245 razones de por qué ya es IMPOSIBLE (Lucas 1:18).
Como una avioneta rota que intenta levantar vuelo… Pero que se mantiene cerca del suelo… y apenas sube 4 ó 5 metros y baja, y lo intenta otra vez…. Pero no puede elevarse…
Cuantos cristianos avionetas rotas hay.
La fe cayó por allá atrás, a lo lejos, en el principio de la pista de despegue. Y no pueden levantar un vuelo mayor a los 4 ó 5 metros. “mmmmmm….tatata… .mmmmmm…. tatata”…. Y vuelven al suelo….
Llega un momento donde ya no lo intentan más y se quedan muy tranquilos: “Esto es todo”. Y se dedican a las cosas de este mundo y a ver qué están haciendo los demás. Frustrados ocultamente en el corazón. Sin expectativa, sin dirección, sin nada más allá que seguir con su rutina que odian, pero que piensan que peor es volver a intentarlo…. “mmmmmm….tatata… .mmmmmm…. tatata”….
Sí, mejor quedarse en tierra, en lo seguro criticando a los que decidieron volar más allá de las tormentas y los riesgos del vuelo.
Zacarías podría creer y poner la perspectiva de su vida en el “gozo y alegría” que tendrá. Pero….
Está clarísimo que no es lo mismo vivir la vida con una perspectiva de “gozo y alegría” creyendo todo lo que Dios hará; que vivir como una avioneta rota concentrada en frustración y amargura.
De pronto llegó el día del rescate de Zacarías. Pero él no puede levantar vuelo. ¿Tú?
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